Se me hace un poco cuesta arriba escribir esta crítica.
Por un lado, se trata de un grandísimo clásico lleno de matices que para ser analizado en profundidad, bien merecería un libro entero y no solo unos pocos párrafos.
En segundo lugar, al momento de redactar esto, veo que ya tiene más de 500 reseñas en esta página web, ¿qué más puedo aportar yo que no se haya dicho antes?
“El padrino” es un referente cinematográfico claro. Encumbró a su director y a sus actores principales. Nos descubrió de una forma inédita el mundo de la mafia, sentando las bases de un género muy importante, y al mismo tiempo dando a conocer al mundo el funcionamiento interno de estas familias al margen de la ley.
Pero no es su único mérito el ser pionera en eso. Tiene un argumento muy interesante en el que Marlon Brando y Al Pacino (y todos los secundarios sin dejar a nadie atrás) realizan unas interpretaciones absolutamente perfectas.
Los tejemanejes de esta familia dan lugar a escenas bastante violentas e impresionantes para la época del film. No creo que el público estuviera acostumbrado a esta crudeza y a la frialdad de sus personajes a la hora de defender sus ilícitos negocios.
Hay tiempo también para el drama e incluso para el amor, en su largísimo metraje que tal vez no tenga un ritmo perfecto, pero increíblemente no se hace pesada.
La música de Nino Rota se volvió tan clásica como la propia película. Sus melodías son conocidas por todo el mundo, y eternamente asociadas al mundo de la mafia.
Muchos de sus diálogos y escenas están en el inconsciente colectivo y permanecerán por siempre, al ser una película tremendamente recordada y reconocida por el gran público, incluso varias décadas después.
Otra característica que me parece muy curiosa es que, a pesar de que estos “gangsters” no son unos santos, al ser los protagonistas y hacer mucho hincapié en su código de honor, terminan cayendo bien al espectador. Puede que me equivoque, pero ha de ser uno de los primeros títulos del cine en el que los “malos” son los “buenos”.
De Brando y Pacino no sé qué decir. ¿Se puede ser más grande en una actuación? Con razón ambos actores se hicieron legendarios. Dignos de estudio en academias de cine.
Solamente le puedo reprochar (y probablemente me equivoco) que la escena inicial de la boda es innecesariamente larga. Creo que no hacía falta tanto tiempo para la presentación de los personajes. Pero eso es un ínfimo defecto en la que sin duda es una de las grandes obras maestras de todos los tiempos.
Y no creo que haya mucho más que decir. La historia del cine le debe tanto, que mis palabras se quedan cortas para halagarla.