Había una vez una joven pareja feliz buscando casa en una urbanización, y como decían en aquel concurso, “hasta aquí puedo leer”.
El famoso Jessie Eisenberg con la no tan famosa protagonista de “Navidad sangrienta” protagonizan esta extraña pesadilla, propia de aquellas viejas series de misterio d la televisión.
El argumento es tan sencillo como absurdo, pero mucho me temo que lo que prometía intriga y emoción al principio, deriva en un festival surrealista onírico propio del peor David Lynch.
Para empezar, yo diría que los personajes están demasiado tranquilos para lo que les pasa, comparados con cualquier persona real que se encontrara en esta locura.
La trama es excesivamente extraña, y todo entra en una espiral alucinatoria cuando entra en escena el tercer personaje principal. Aquí ya todo vale y se pierde el norte en contra del espectador. Te quedas con cara de tonto mientras el director juega contigo como le da la gana, y eso no me gusta ni un pelo.
Si al final todo tuviera un sentido lógico otro gallo cantaría. No digo que la solución fuera menos rara, sino que todo cuadrara aunque fuera con pinzas, pero es que no es así. Nos toman por idiotas, se ríen de nosotros y encima se quedan tan panchos. Pasa un poco como con la serie “Perdidos”. A saber, montan un tinglado incomprensible, y al final no tienen forma de arreglarlo y atarlo de una forma medianamente decente.
Un auténtico despropósito con el que no merece la pena perder el tiempo.