Reunir a dos grandes estrellas (Brad Pitt y Julia Roberts) es la principal baza (por no decir la única) de este relato de género negro sobre una pistola y gente de mal vivir.
Con toques vagos de "western" y algo de humor, la película no aprovecha el potencial de sus actores, más allá de utilizarlos como mera promoción.
El argumento no es para tirar cohetes y se queda en un tretenimiento corriente o incluso mediocre, del que casi nadie se acuerda ya al pensar en la extensa filmografía de estas dos celebridades, que, por otra parte, comparten muy pocas secuencias del film.
Por cierto, algunas situaciones, diálogos y personajes me recuerdan al famoso director de "Kill Bill", que lleva creando escuela desde que empezó a trabajar en esto, pero al que casi nadie le llega a la suela de los talones, como es el caso.
La película sirve para echar el rato, pero como digo, no es especial en nada y se olvida con muchísima facilidad.
Lo mejor: La química de los protagonistas en los breves momentos en los que coinciden en la pantalla.
Lo peor: El flojísimo ritmo en general, y ese buen rollo entre los personajes de Julia Roberts y James Gandolfini, que me resulta cursi y muy poco creíble. Esta parte solo sirve para rellenar tiempos muertos que no aportan nada a la historia.