Entre el mucho cine fantástico de los 80, hubo muchos títulos que imaginaron un futuro oscuro y violento en el que nadie querría vivir, posiblemente debido al miedo nuclear de la guerra fría.
Esta "1997" bebe un poco de "Mad Max", con esta Nueva York convertida en cárcel gigante.
Kurt Russell, actor fetiche de John Carpenter, borda a su personaje Plisken, un héroe mítico del cine de culto de serie B con tan solo dos películas a sus espaldas. Es un tipo duro y chulo como pocos.
La ambientación es siniestra. Cuando la vi de pequeño me daba hasta miedo esa ciudad abandonada, y sobre todo su peligrosa fauna. Carpenter nos dibuja un mundo bastante feo, con un punto de locura en sus personajes.
Por cierto, hay muchas caras conocidas en el reparto, destacando Donald Pleasance.
Está claro que el film no es de lo mejor de los 80, pero al igual que me pasa con tantas otras, le tengo un cariño especial por la nostalgia de aquella época, con lo cual soy benevolente aunque los años no la han tratado demasiado bien.
Es una película divertida, muy de su tiempo y que me trae muy buenos recuerdos. La tengo también asociada en mi mente a todo un género de videojuegos arcade, con calles sin ley en las que solo había que avanzar y dar tortas. Puede que sea cosa mía, pero quizás juegos como "Streets of rage" o "Two crude dudes" se inspiraran un poco en esta ciencia ficción.