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España España · Córdoba
Voto de i42poloj:
8
Drama Un niño imagina un curioso sistema para mejorar el mundo; hacer favores desinteresadamente. Para sorpresa de todos, la generosa propuesta causa furor entre la gente. Entretenida comedia con toques dramáticos y un eficaz reparto. En la novela en la que se basa el film, el personaje interpretado por Spacey es de raza negra, lo que provocó cierta polémica en USA. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si se aplicara la idea que plantea el film en la vida real, a lo mejor el mundo podría ser un poquito mejor.
No solo tiene una premisa genial (aunque el mérito sea en realidad de la novela en la que se basa), sino que se apoya en un excelente reparto para contarla. El trío protagonista no tiene desperdicio.
Mimi Leder sabe sacarles partido, así como no perder el enfoque realista y dramático. No cae en el sentimentalismo barato ni en tratar de vender la moto de que la vida está llena de buen rollo y siempre es bonita, pues más bien es lo contrario. Cuenta una utopía, pero con los pies en el suelo.
Desde la clase del principio hasta el final, la película engancha por su idea principal y por los personajes.
Spacey hace de profesor magistral que hace pensar a sus alumnos. Lo podemos poner perfectamente en un ranking de profesores míticos del cine, junto con Pfeiffer en "Mentes peligrosas" o el mismísimo Robin Williams en "El club de los poetas muertos".
Osment venía ya de ver muertos en ocasiones, y por tanto estaba en su mejor momento. Es una pena ver cómo ha terminado su carrera.
Y no nos olvidemos de Helen Hunt, en su papel de madre trabajadora y alcohólica. La actriz está muy creíble en su papel.
Además, la investigación de Jay Mohr le da un toque de variedad a toda la historia.
Pero aparte de todo eso, lo importante es que se trata de una película que nos hace pensar sobre la vida y la condición humana, que por regla general es bastante egoísta y no piensa en las personas menos favorecidas o que, simplemente, están clamando ayuda en silencio.
Y por muy bonita que quede esta idea, al final de todos los sueños siempre hay que despertar. Esta utopía idílica no es más que una ficción, que ella misma nos recuerda perfectamente en el tramo final.
Por cierto, irónicamente, esto que digo se puede aplicar en la vida real a los propios actores. Véase cómo Kevin Spacey no era, al parecer, tan buena gente como su personaje (acusado de abusos). También el niño prodigio Osment ha terminado regular. En cuanto a Helen Hunt, no sé si es por mala suerte o porque yo ando despistado con ella, pero ¿qué ha sido de ella?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
i42poloj
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