Un gran director y un buen elenco se unen para contarnos la historia de John Dillinger, famoso ladrón de bancos en la época de la recesión.
Está en la línea de "Heat" o de las películas de mafia de Martin Scorsese. Mann ofrece una estupenda recreación de la época con sus escenarios, exteriores y vestuario.
El argumento se reduce a lo que viene a ser una persecución de policías y ladrones, pero con unos personajes muy potentes encarnados por buenísimos actores.
La acción y los tiroteos se quedan en un segundo plano en favor de las relaciones entre personajes y algo de drama.
En lo que se refiere a Depp, nos demuestra que es un gran actor, incluso cuando muestra su propia cara sin maquillaje ni disfraces. Puede hacerlo bien fuera del pellejo de Jack Sparrow o de los esperpénticos personajes de Tim Burton.
Pero Bale le supera, como era de esperar. Aunque sea el policía que le persigue, queda un poco como secundario. Y es que algunos de los delincuentes más famosos de la historia han sido admirados por algunas personas, hasta el punto de mitificarlos como héroes.
La tercera en discordia es Marion Cotillard, y la francesa trabaja también muy bien como sufrida amante de Dillinger.
Y luego hay varios secundarios conocidos, aunque no todos por su nombre sino por que nos suenan sus caras.
Con todos esos elementos el resultado podría haber sido sobresaliente, y de hecho lo roza pero se queda en el notable. No sabría decir el qué, pero le sigue faltando algo para deslumbrar. Tal vez sea simplemente que hay películas similares que son mejores, o que uno se espera todavía más. El caso es que da la sensación de que podría haber estado aún mejor.