Tanto los dos actores protagonistas como el director, fueron muy exitosos en los 80.
Pero esta película de intercambio de vidas no me parece de las mejores comedias de esa década prodigiosa.
Murphy no está tan gracioso como en otras, y el argumento parece más de crítica social que para generar carcajadas.
Con todo, es una película simpática y entretenida, que nos hace pensar en el relativo valor del dinero. Es curioso que haya tantas películas similares de entonces con fábulas sobre la riqueza ("El gran despilfarro", "El príncipe de Zamunda" o incluso la posterior "Niño rico" con Culkin).
Sin duda, la escena más graciosa y recordada es la del gorila. El disfraz está un poco mal hecho, pero como esto no es "El planeta de los simios", da para echar unas risas.
Seguro que no es la primera película de Eddie Murphy que se nos viene a la mente, pero tampoco es de las peores que hizo. Junto con Aykroyd, es lo único por lo que merece la pena verla. Bueno, y por Jamie Lee Curtis también, que siempre ha estado mucho mejor en cine de humor que como reina del grito huyendo de Michael Myers.