Falcon recogió el famoso escudo de “vibranio”, y los estudios Marvel nos cuentan aquí el resultado de esa herencia, donde dos protagonistas secundarios de este universo adquieren mucha más importancia en su lucha contra una organización terrorista.
Aquí sí vamos a encontrar escenas de acción y efectos especiales más propias de las películas, apartándose del extraño planteamiento de “Bruja escarlata y Visión”, con la que no hay relación directa. Por supuesto, no vamos a ver algo tan espectacular como “Los vengadores”, pero ya quisieran muchas series tener una factura y presupuesto como el de esta miniserie, con secuencias como la persecución aérea o la de los camiones.
Su formato de duración es uno de sus aciertos, porque más vale menor tiempo y más calidad, que estirar como un chicle lo que no da más de sí. Aun así, no es frenética y los héroes tienen tiempo también de desarrollar sus personalidades y mostrarnos sus problemillas y asuntos cuando no están dando leña.
Hay buena química entre los dos personajes. Hacen una buena pareja de héroes. En algunas de las noticias y promociones vendieron esto como una “buddy movie”. Pues debo decir que me alegro muchísimo de que, aunque algunos la consideren así, no han pecado del eterno fallo de meter humor forzado y malo con calzador en las escenas de acción. Es más, por suerte para las personas como yo a las que no nos gusta eso, apenas hay comedia en general, solo algún momento esporádico. De hecho, me ha sorprendido ver una trama muy adulta y seria, clasificable como de espionaje internacional con tono oscuro, y en el que explican a la perfección las motivaciones de los malos, con sus matices y grises. La geopolítica del mundo tras el chasquido de Thanos se utiliza para hacer crítica social de nuestra propia realidad. Agradezco mucho que no esté pensada para el público infantil y hayan pasado de los chistecitos malos tan habituales en Marvel.
No falta la eterna defensa de la igualdad, que no por ser un tema tan trillado es poco importante. Marvel y Disney llevan tiempo luchando por estos valores, y aquí el mensaje es totalmente directo.
Aunque tiene los típicos “cameos” y las innumerables referencias a todo lo que llevamos visto en el universo cinematográfico de Marvel, no es algo que me emocione especialmente. Simplemente, estoy ya muy acostumbrado a estas apariciones y guiños, y no me ponen el pelo de punta como sí le pasa a muchos aficionados a este mundillo. Lo que no quita que me guste que hilen tan fino con la coherencia y la forma tan acertada que tienen de mezclar personajes.
La serie es entretenida porque ofrece lo que se espera, sin tomarnos por tontos y quedarse en el mero aprovechamiento de la franquicia, y porque es cortísima. Tiene muy buenos momentos y toda la esencia Marvel, con un enfoque maduro y una trama bien hilvanada con todo este universo.
Pero tampoco llega a los mejores niveles de calidad del universo. Además, debo decir que el bajonazo de ritmo del quinto episodio no me parece de recibo. Es el capítulo más largo y en el que menos cosas pasan, por no hablar de ese casual y curioso descanso que se toman los malos para que los guionistas nos cuenten tramas superficiales de los protagonistas. Eso no hay quien se lo crea.
Y para mi gusto, ni Bucky ni Falcon, y mucho menos el otro héroe que les acompaña y que tiene nombre de whiskey, tienen la fuerza o el carisma de otros vengadores mucho más importantes que ellos. Aunque sea buena, queda a la sombra de su saga madre, cosa que era de esperar, pues el nivel estaba demasiado alto.