Y es que el personaje llamado Phillip Morris, que interpreta Ewan McGregor, parece relegado a un rol muy secundario en el filme.

La película empieza muy bien en un tono de comedia extraordinariamente negra, con toques trágicos/dramáticos pero comedia al fin y al cabo.

Sigue correctamente en un tono ...quizá calificable de melodrama, la mayoría de lo que ocurre es agradable pero tampoco es de reir.

Y se extiende en forma de bastante dramón que acaba haciéndose algo largo salvo por algún pequeño apunte de humor.

Sin embargo el mayor problema de la película no es tanto que derive de la comedia al drama, pues se acepta la mezcla y variedad de géneros, sino más bien, lo que decía al principio, se vende como una cinta basada en la relación de dos personajes gays y el protagonista, Steven, interpretado por Jim Carrey, parece tener al tal Phillip Morris como su principal motivo para vivir. Todo lo que hace supuestamente lo hace para agradarle.

Y el caso es que apenas llegamos a conocer a Phillip Morris . Lo triste es que, pese a lo poco que vemos y se nos cuenta de él, resulta un personaje mucho más agradable que el de Steven, que es el protagonista casi absoluto del noventa por ciento de la película. Carrey está correcto aunque su gesticulación estomaga un poco, pero lo peor es que el personaje es bastante antipático. Es un timador chantajista que a ratos puede hacer gracia por sus ocurrencias, pero que tiene pocas cualidades que le rediman: su inteligencia, su perseverancia y su amor por el inocentón personaje de McGregor. Eso para mi no es suficiente para que parezca un canalla de buen corazón, por más que quiera a su amante la mayoría de las cosas que hace y su incapacidad para cambiar de forma de ser no le hacen especialmente simpático. Tampoco es que sea totalmente despreciable (tiene detalles con su exmujer, etcétera) pero no es una persona a la que me apetezca ver constantemente durante toda una película.

Así pues la película resulta algo esquizofrénica en cuanto al género y en cuanto al tema: no se sabe muy bien si nos quiere contar la vida del tal Steven o la relación de este con Phillip Morris. Ya sé que en la vida de una persona caben muchas cosas y que un gay puede ser además chantajista, piloto o astronaúta. Pero parece que a la hora de afrontar este biopic deberían contar una cosa o la otra, no me funciona tanto recrearse en Carrey y las pocas veces que sale McGregor mostrar un enamoramiento idílico y pasional.

No es una mala película pero los directores que firmaron el guión de una película de tono acertadamente cómico y ligero como Bad Santa, parece que no den con el tono o que se les vaya la mano con la pretensión de lo que quieren abarcar. Lástima porque el arranque es realmente muy bueno y las actuaciones son notables.