Haz click aquí para copiar la URL
España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
4
Acción. Fantástico. Terror Abraham Lincoln, además de ser Presidente de los Estados Unidos, también fue un cazador de vampiros tras enterarse de que su madre murió asesinada a garras de una de esas criaturas sobrenaturales, dando pie así a una visión fresca y visceral de las sangrientas tradiciones vampíricas, imaginando a Lincoln como el más grande cazador de no-muertos de la Historia. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2014
Sé el primero en valorar esta crítica
Abraham Lincoln: Cazador de vampiros cuenta la historia oculta del presidente del sombrero alto y la primera gran barba sin bigote enfrascándola en un mundo de descendientes de Drácula y adapta una novela de Seth Grahame-Smith.

Timur Bekmambetov dirige la película, lo que ya tiene algo de guasa por el tema de un presidente americano y un director ruso (por muy nacido en Kazajstan que sea). Bekmambetov dirigió Guardianes de la noche y Guardianes del día, dos películas de esas que a unos gustan mucho y a otros no gustan una mierda. Su estilo respecto a aquellas dos se mantiene en esta biografía vampírica de Lincoln. Bekmambetov tiene buenas ideas para filmar la acción, pero su técnica es pésima. Para empezar, los movimientos de cámara son confusos y, más allá de los infinitos saltos de eje, nunca acabamos de tener claro dónde está cada personaje y cada elemento. Aunque quiere imprimir un estilo visual propio, Bekmambetov choca con la circunstancia de que es un estilo que muchos otros ya han utilizado antes y de forma infinitamente mejor. Simon Kinberg y Seth Grahame-Smith se encargan del guion que adapta la novela de éste último y su pericia con el guion es entre nula e inexistente. Más allá de lo que extremadamente previsible que es la historia de Grahame-Smith, el guion hace gala de una arritmia alarmante en la que, de forma demasiado habitual, lo bueno dura poco y, lo malo (que es de lo que más hay) se perpetúa hasta el aburrimiento más profundo.

Benjamin Walker protagoniza la película y a mí, personalmente, me gusta su trabajo. Eso sí: me gusta su trabajo si a su personaje lo dejamos en el Lincoln joven, porque cuando intenta mostrar la solemnidad de la edad adulta del presidente, el bajón es notable. El elenco de secundarios cumple de principio a fin, tanto por mérito propio como por la poca exigencia de los personajes. Dominic Cooper es posiblemente el más destacado, seguido de Mary Elizabeth Winstead, que tiene algún que otro momento excelente. Rufus Sewell, en el rol de villano, aporta lo necesario para parecer malote sin resultar ridículo. Jimmi Simpson y Anthony Mackie interpretan a los dos personajes masculinos más cercanos al protagonista y ambos saldan su trabajo con buenas maneras.

Resumiendo: Abraham Lincoln: Cazador de vampiros es una película estúpida. La idea de la novela de Seth Grahame-Smith ya es una parida, pero podría haberse adaptado bien a un idioma como el del cine. Sin embargo, entre la ineptitud para tal tarea del propio Grahame-Smith y de su compañero en el guion Simon Kinberg y la poca capacidad de ejecución del director Timur Bekmambetov, el resultado es bastante flojo. La película se deja ver... una vez, no más, por favor.
Grijander
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow