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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
7
Romance. Drama. Comedia Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas son tan famosas como Desayuno con diamantes. Esa escena inicial, con Audrey Hepburn bajando del taxi y dirigiéndose a Tiffany's, es parte de la historia del séptimo arte. Hasta quienes no hayan visto la película reconocerán la imagen de Audrey frente al escaparate con las enormes gafas de sol negras.

Blake Edwards adapta, con notables licencias, la novela de Truman Capote. Pese a que la película es un "top" de los clásicos, no puede decirse que sea una de las mejores a nivel cinematográfica. Los errores de Edwards son constantes, con planos en los que no se recoge demasiado bien la acción y con una selección de tomas más que discutible (o eso, o las que quedaron fuera eran todavía peores, cosa que dudo). El apartado visual sí es bastante bueno, con un uso más que notable del technicolor que consigue captar los detalles de cada edificio, cada calle y cada gota de agua, además de lograr hacer eternos los ojos de la maravillosa Audrey Hepburn. El guion es, en cierto modo, un tanto repetitivo. Nos encontramos con las mismas situaciones una y otra vez, algo muy habitual en el cine clásico pero que normalmente se soluciona con ingenio y abordando diferentes salidas para que no dé la sensación de encontrarnos en un bucle. Lo mejor de la película es, sin duda, la canción Moon River, que fue compuesta especialmente para que Audrey la interpretara y que estuvo cerca de quedarse fuera del montaje final.

Audrey Hepburn es uno de los rostros más reconocibles del cine clásico y eso se debe, en gran medida, a su brillante interpretación. El director pidió a los actores que exageraran sus papeles hasta llevarlos al límite y en eso cumplen ambos protagonistas. El tema está en que Truman Capote, escritor de la novela en que se basa la película, quería a Marilyn Monroe para el papel de Holly (también pidió que el director fuese John Frankenheimer), pero al final fue la actriz belga la que se hizo con él. George Peppard, fabuloso. En una época en la que predominaban los hombres "clásicos", Peppard era un adelantado a su tiempo, con un aspecto más "cuidado" que no por ello perdía masculinidad. El papel le llegó a Peppard porque Steve McQueen (de características físicas similares) estaba ocupado en otros proyectos. Del resto del reparto, destacar al siempre espléndido Martin Balsam y a Mickey Rooney, que interpreta a un personaje tremendamente gracioso y que no estaba en la novela de Capote.

Resumiendo, que es gerundio: Desayuno con diamantes no es una de las mejores películas de la historia del cine, pero el sonido de Moon River, la presencia de George Peppard, la simpatía de Mickey Rooney y, sobretodo, el encanto de Audrey Hepburn, la han convertido en una obra inmortal. Y en una gran comedia, dicho sea.
Grijander
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