Es cine en su pureza más primaria: sin apenas palabras, sólo hechos, acciones y gestos, se desenvuelve con soltura y fuerza física a lo largo de un paisaje desolador pero hermoso, adusto pero noble. Pocas veces se ha narrado con tanta belleza y crudeza la supervivencia humana en un territorio hostil como el director novel Joe Penna ha logrado crear. Con unos medios limitados y sin grandes alardes presupuestarios, el director islandés logra llevar a cabo una épica cinta de la mano de su actor, una gran elección para lograr traspasar la línea que separa al espectador de la pantalla y acercarnos a los padecimientos del protagonista. Este es ni más ni menos que Mads Mikkelsen (Polar, La Caza), uno de los actores más talentosos del cine actual, capacitado para crear caracterizaciones francas, físicas y puras. En Ártico pone todo su talento en manos de Joe Penna para sacar toda su fuerza actoral física y trasladar al espectador el sufrimiento, y hasta satisfacción, que una persona sola puede generar en pleno desierto helado. Así, en plena guerra de supervivencia, el protagonista se divide entre la tesitura de permanecer y morir o continuar y morir o sobrevivir.
Excelentes tomas del paisaje, fotografía excepcional y una música increíble nos llevan por este viaje sobrecogedor de la supervivencia humana.