Missing es una película de suspense y misterio que se desarrolla íntegramente en la pantalla de un ordenador, al igual que su predecesora Searching (2018). La trama sigue a June, una adolescente que intenta encontrar a su madre desaparecida en Colombia con la ayuda de un desconocido que dice ser su amigo. Está dirigida por Will Merrick y Nick Johnson, que debutan como directores tras haber sido los editores de Searching. El reparto está encabezado por Storm Reid, Nia Long, Joaquim de Almeida y Ken Leung.

Es un entretenido ejercicio de estilo que aprovecha las posibilidades narrativas y visuales de la tecnología digital. La pantalla se convierte en un escenario dinámico donde se suceden las ventanas, las aplicaciones, las videollamadas y los mensajes. La historia avanza a través de estos elementos, que revelan tanto la personalidad de los personajes como las pistas del misterio. Logra crear una atmósfera de tensión e intriga que mantiene el interés del espectador hasta el final.

Sin embargo, también tiene algunos defectos que le impiden alcanzar el nivel de su antecesora. El guion recurre a algunos clichés y giros previsibles que restan credibilidad y originalidad a la trama. Algunos personajes están poco desarrollados o son estereotipados, lo que dificulta la empatía con ellos. Además, no profundiza en los temas sociales o emocionales que plantea, como la violencia de género, el desapego familiar o la ciberseguridad.

En definitiva, Missing es una película que cumple con su propósito de entretener y sorprender al público, pero que no llega a ser tan innovadora ni impactante como Searching. Es una secuela independiente que se puede disfrutar sin haber visto la primera parte, pero que tampoco aporta nada nuevo al género.