Impresionante cine del siglo XXI. La mejor película que he visto desde hace mucho, mucho tiempo. Christopher Nolan se supera a si mismo y marca un nuevo hito en el mundo del cine sin tener que recurrir al pesado y fastidioso 3D. Demuestra a su vez que el cine comercial, de buen gusto y refinado pueden confluir en una sola película. Se la acusará posíblemente de extremadamente ambiciosa. Pero es que la ambición en una buena mente es una gran virtud. Me quedo corto en calificativos positivos para expresar la mejor sensación onírica y real que supone Origen para mí.
No estaba en un sala de cine sino en un sueño maravilloso del que no sé si he despertado aún. Nolan demuestra la coexistencia del mundo de los sueños en la vida real y parece que hablo como si realmente me hubiera transportado a ese mundo que está en la cabeza de Nolan.
Escenas de gran belleza visual confluyen en 140 minutos en los que hay que poner toda la piel en el asador, con los cinco sentidos dispuestos a una experiencia única.
No es Matrix, no es Blade Runner, no es un sueño. Es la nueva obra maestra del séptimo arte. Es incomparable. Bueno, si la podría compara con una peli que es la gran Memento