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España España · Barcelona
Voto de Jaime Flores:
7
Terror. Romance. Fantástico En el año 1890, el joven abogado Jonathan Harker viaja a un castillo perdido de Transilvania, donde conoce al conde Drácula, que en 1462 perdió a su amor, Elisabeta. El conde, fascinado por una fotografía de Mina Murray, la novia de Harker, que le recuerda a su Elisabeta, viaja hasta Londres "cruzando océanos de tiempo" para conocerla. Ya en Inglaterra, intenta conquistar y seducir a Lucy, la mejor amiga de Mina. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que son más importantes por lo que contribuyen al cine que por lo que son. "Drácula de Bram Stoker" es uno de esos casos.

Nunca podría encontrarse entre mis películas favoritas por sus excesos manifiestos y tampoco nunca podría estar considerada como una obra redonda, dado el bajón que sufre en su parte final, en dónde se centra tanto en un romanticismo que nadie reclama, al menos, no en tan alto porcentaje, y de forma tan lenta que llega a aburrir. A ello tampoco ayuda un reparto desigual, con Anthony Hopkins sin atisbo de credibilidad, más allá de un personaje barato de cuento infantil y Keanu Reeves, tan impasible como siempre, por mucho que a mi me valga.

Suerte de una Winona Ryder adecuada y de un Gary Oldman atronador, siniestro e imponente, como requería encarnar a Drácula en este contexto. Aunque si hay algo en lo que el film triunfa de manera incontestable es en su ambientación, caracterización, fotografía y banda sonora. Cuatro apartados por los que, como he apuntado, "Drácula de Bram Stoker" merece un puesto dentro de la historia del cine, ya que es un ejercicio cinematográfico incomparable.

Goza de una serie de imágenes y momentos que describo de forma escueta en Spoiler y que sólo pueden deberse a un genio de la talla de Francis Ford Coppola, que tras la trilogía de "El padrino" y "Apocalypse Now", vuelve a demostrar que sólo sabe hacer obras magnánimas, irreverentes y tremendamente inmersivas. Obras excesivas, como la Sagrada Familia puede serlo para un arquitecto pragmático, que la admira como monumento atemporal pero que le resultaría insoportable como morada. Obras que podrán gustar más o menos, que se entenderán o se aborrecerán, que parecerán de un nivel inalcanzable, pero que, sin duda, llegarán a lo más profundo de la retina de quién las vea, y con suerte, también de su corazón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jaime Flores
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