Definitivamente los Coen y yo somos incompatibles. Primero fue la soporífera No es país para viejos, luego la boba Fargo y ahora este engendro infumable. Mucho tendría que cambiar el mundo para que vuelva a ver algo de estos señores. Pensándolo bien no creo que se trate de incompatibilidad, porque eso da a entender que El gran Lebowski puede ser una buena película pero que a mi, simplemente, no me guste, y no se trata de eso. Sé distinguir entre una película que no me gusta y una película mala. Y esta es mala a secas. Hay películas de Woody Allen que no me gustan pero reconozco el talento y entiendo su éxito, y como eso, decenas de ejemplos más, pero lo que no puedo entender es que El gran Lebowski esté considerada como una de las grandes comedias de la historia. Si es lo más pretencioso que te puedes echar a la cara...

Está de moda, desde hace mucho, valorar todo aquello que parezca sacado de otro planeta, todo aquello que sea incomprensible frente a cualquier mente medianamente sana. De este modo aparecen los esnobs revolcándose en su charco de superioridad intelectual al que el mundano populacho no podemos acceder por pura idiotez.

El gran Lebowski intenta ser extravagante, absurdo e irreverente, entre otras cosas, pero no es nada de eso. Extravagante es el cine de Almodóvar y el de Burton, absurdas son las películas de Leslie Nielsen, las de Rowan Atkinson e incluso las de Santiago Segura, irreverente es Hitchcock, Scorsese y hasta Tarantino, sin ser santo de mi devoción. El gran Lebowski es un sin sentido. Nada más.