Media votos
6,7
Votos
5.206
Críticas
1.665
Listas
182
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Miquel:
8
6,5
5.850
Drama
En uno de los barrios más miserables de Johannesburgo (Sudáfrica), Tsotsi, un chaval de 19 años, ha borrado todos sus recuerdos, incluyendo su nombre real. Tsotsi significa "matón" o "gangster" en el argot callejero del gueto. Huérfano desde muy pequeño y obligado a salir adelante por sus propios medios, Tsotsi ha llevado una vida de privaciones extremas, tanto físicas como psíquicas. Tiene escasa conciencia de los sentimientos de los ... [+]
17 de marzo de 2010
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ópera prima del realizador sudafricano Gavin Hood (“X-Men Orígenes: Lobezno”, 2009). El guión, del mismo Gavin Hood, adapta la novela “Tsotsi” (1960), de Athol Fugard (Middelburg, Sudáfrica, 1932). El films se rueda durante dos meses, en escenarios reales de Johanesburgo, Soweto y alrededores, con un presupuesto modesto o de bajo coste. Gana un Oscar (película habla no inglesa). Producido por Peter Fudakowski, se proyecta por primera vez en público el 18-VIII-2005 (Festival de Edimburgo).
La acción dramática tiene lugar en Soweto, Johanesburgo y alrededores, durante 6 días de 2004 o 2005. Tsotsi (Chweneyagore) es un joven desarraigado, de 19 años, sin formación, que lidera una pandilla de jóvenes delincuentes, formada por Boston (Maga-no), profesor fracasado; Butcher (Ngqobe), asesino frío; y Aap (Nkosi), retrasado mental. Tsotsi desde corta edad vive en las calles de una barriada marginal, superpoblada (reúne a más de 4 millones de personas), ahogada por la miseria, la delincuencia, el desamparo, el hacinamiento, la violencia, la desestructuración familiar, la ausencia de servicios sociales, la inexistencia de servicios de agua corriente, alcantarillado y electricidad, etc. Tsotsi y su pandilla se dedican a robar para sobrevivir y, si para conseguir algún dinero, han de amenazar, golpear o matar, lo hacen sin ningún miramiento. Tsotsi y Butcher son los más agresivos. Boston se opone a matar para robar.
El film suma drama, crimen y denuncia social. Desarrolla una historia sencilla, realista y sincera. La narración, de estilo casi documental, no compone una imagen simpática y positiva del país al servicio de una aractiva proyección exterior del mismo. Focaliza la atención en construir un retrato auténtico de la vida de un grupo de jóvenes desplazados, que malviven en un gueto cerrado, inaccesible, sombrío y violento. Los personajes y las situaciones se presentan con honestidad y veracidad, sin exageraciones y sin trazos caricaturescos.
Muestra un mundo de fuertes contrastes: los rascacielos de Johanesburgo y las chabolas de Soweto; el nivel de vida de los ciudadanos de color ricos y la miseria de los jóvenes sin trabajo, sin esperanza, sin familia, sin memoria y sin nombre, condenados a la marginalidad; los servicios públicos de la gran ciudad frente a las colas ante una toma de agua pública en el barrio de chabolas; etc. Muestra en tono neutro y objetivo, sin fantasías engañosas, la pobreza extrema de los suburbios urbanos y los rasgos brutales que marcan el curso del día a día en ellos. Muestra el universo de delincuencia y criminalidad que envuelve y condiciona a una juventud condenada a luchar para sobrevivir. Muestra los niveles de desinformación, ignorancia y crueldad de algunos padres en sus relaciones con los hijos. Muestra la ternura de una muchacha abandonada por la pareja, sola y desamparada, que ha de trabajar como costurera para salir adelante con su bebé de tres meses.
La acción dramática tiene lugar en Soweto, Johanesburgo y alrededores, durante 6 días de 2004 o 2005. Tsotsi (Chweneyagore) es un joven desarraigado, de 19 años, sin formación, que lidera una pandilla de jóvenes delincuentes, formada por Boston (Maga-no), profesor fracasado; Butcher (Ngqobe), asesino frío; y Aap (Nkosi), retrasado mental. Tsotsi desde corta edad vive en las calles de una barriada marginal, superpoblada (reúne a más de 4 millones de personas), ahogada por la miseria, la delincuencia, el desamparo, el hacinamiento, la violencia, la desestructuración familiar, la ausencia de servicios sociales, la inexistencia de servicios de agua corriente, alcantarillado y electricidad, etc. Tsotsi y su pandilla se dedican a robar para sobrevivir y, si para conseguir algún dinero, han de amenazar, golpear o matar, lo hacen sin ningún miramiento. Tsotsi y Butcher son los más agresivos. Boston se opone a matar para robar.
El film suma drama, crimen y denuncia social. Desarrolla una historia sencilla, realista y sincera. La narración, de estilo casi documental, no compone una imagen simpática y positiva del país al servicio de una aractiva proyección exterior del mismo. Focaliza la atención en construir un retrato auténtico de la vida de un grupo de jóvenes desplazados, que malviven en un gueto cerrado, inaccesible, sombrío y violento. Los personajes y las situaciones se presentan con honestidad y veracidad, sin exageraciones y sin trazos caricaturescos.
Muestra un mundo de fuertes contrastes: los rascacielos de Johanesburgo y las chabolas de Soweto; el nivel de vida de los ciudadanos de color ricos y la miseria de los jóvenes sin trabajo, sin esperanza, sin familia, sin memoria y sin nombre, condenados a la marginalidad; los servicios públicos de la gran ciudad frente a las colas ante una toma de agua pública en el barrio de chabolas; etc. Muestra en tono neutro y objetivo, sin fantasías engañosas, la pobreza extrema de los suburbios urbanos y los rasgos brutales que marcan el curso del día a día en ellos. Muestra el universo de delincuencia y criminalidad que envuelve y condiciona a una juventud condenada a luchar para sobrevivir. Muestra los niveles de desinformación, ignorancia y crueldad de algunos padres en sus relaciones con los hijos. Muestra la ternura de una muchacha abandonada por la pareja, sola y desamparada, que ha de trabajar como costurera para salir adelante con su bebé de tres meses.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El ritmo es pausado. El espíritu que informa la narración es melancólico. Se intercalan largas pausas, que facilitan la interrogación y la reflexión. No recurre ni al sentimentalismo ni al melodrama. Con contención y sobriedad construye un relato, o cuento, de gran poder emocional. La cinta original está hablada en zulú, xhosa y afrikáans. La interpretación de Presley Chweneyagore, el único protagonista, es correcta y elogiable, así como la de Terry Pheto. La intervención del resto del elenco, no profesional, es meritoria.
Son escenas destacables la conversación con el antiguo minero accidentado, el cambio de impresiones de Tsotsi y Miriam (Pheto), el cuidado del bebé, el juego de los dados con los compinches y otras. La película nos habla de guetos de miseria superpoblados y abandonados a su suerte, de jóvenes sin futuro, de la recuperación inevitable de la memoria, de la posibilidad no amortizable de la redención, del drama real de la lucha por la supervivencia, de las razones de la ira de los jóvenes delincuentes, de la viabilidad de la integración multirracial, etc. En su conjunto el film crea un drama potente, conmovedor, emocionante y contundente.
La banda sonora, de Mark Kilian (“Traidor” Nachmanoff, 2008) y Paul Hepker, ofrece una partitura de melodías locales sudafricanas, que aporta un acompañamiento apropiado y sugerente. Sobresalen los temas que canta Zola (“Mdlwembe”, “Ehlala”, “Seven”, “Zingu 7”...) y el corte a cargo de la voz de Mahlasela. El tipo de música que se ofrece es el llamado “kwaito”, un hip hop propio de los barrios marginales de Johanesburgo. La fotografía, de Lance Gewer, en color, crea imágenes muy cuidadas, de excelente composición, magnífico dibujo y gran sobriedad. Combina el predominio de colores neutros con la presencia de centros o vértices cromáticos ocupados por toques variados de color. La iluminación desde diferentes focos a la vez confiere movimiento, fuerza y vibración, a las imágenes. La cámara, en busca de ángulos inusuales y sorprendentes, se mueve pausadamente y con eficacia, acompañada de “zooms” de aproximación o alejamiento y de cambios de enfoque.
Bibliografía
- Edward BUSCOMBE, “Tsotsi”, ‘1.001 películas que hay que ver...’ Grijalbo ed., Barcelona 2010 (10ª edición, ampliada).
- NORALEE, “A Moving Experience of South Africa Sight, Sound and Performance of Universal Humanity”,‘IMBD user review’, imbd.com, 13-III-2006.
Son escenas destacables la conversación con el antiguo minero accidentado, el cambio de impresiones de Tsotsi y Miriam (Pheto), el cuidado del bebé, el juego de los dados con los compinches y otras. La película nos habla de guetos de miseria superpoblados y abandonados a su suerte, de jóvenes sin futuro, de la recuperación inevitable de la memoria, de la posibilidad no amortizable de la redención, del drama real de la lucha por la supervivencia, de las razones de la ira de los jóvenes delincuentes, de la viabilidad de la integración multirracial, etc. En su conjunto el film crea un drama potente, conmovedor, emocionante y contundente.
La banda sonora, de Mark Kilian (“Traidor” Nachmanoff, 2008) y Paul Hepker, ofrece una partitura de melodías locales sudafricanas, que aporta un acompañamiento apropiado y sugerente. Sobresalen los temas que canta Zola (“Mdlwembe”, “Ehlala”, “Seven”, “Zingu 7”...) y el corte a cargo de la voz de Mahlasela. El tipo de música que se ofrece es el llamado “kwaito”, un hip hop propio de los barrios marginales de Johanesburgo. La fotografía, de Lance Gewer, en color, crea imágenes muy cuidadas, de excelente composición, magnífico dibujo y gran sobriedad. Combina el predominio de colores neutros con la presencia de centros o vértices cromáticos ocupados por toques variados de color. La iluminación desde diferentes focos a la vez confiere movimiento, fuerza y vibración, a las imágenes. La cámara, en busca de ángulos inusuales y sorprendentes, se mueve pausadamente y con eficacia, acompañada de “zooms” de aproximación o alejamiento y de cambios de enfoque.
Bibliografía
- Edward BUSCOMBE, “Tsotsi”, ‘1.001 películas que hay que ver...’ Grijalbo ed., Barcelona 2010 (10ª edición, ampliada).
- NORALEE, “A Moving Experience of South Africa Sight, Sound and Performance of Universal Humanity”,‘IMBD user review’, imbd.com, 13-III-2006.