Media votos
6,7
Votos
5.206
Críticas
1.665
Listas
182
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Miquel:
7
6,8
1.439
Drama
Adaptación de "La caída de Orfeo", drama de Tennessee Williams. Valentine 'Snakeskin' Xavier (Marlon Brando) es un músico de Nueva Orleáns que lleva una vida errante y muy irregular que le crea frecuentes problemas con la ley, razón por la cual se ve obligado a cambiar de ciudad continuamente. Durante un viaje, se detiene en Two Rivers, cerca del Mississippi. Allí consigue trabajo en la tienda de Lady Torrance (Anna Magnani), una mujer ... [+]
17 de abril de 2010
28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto largometraje de Sydney Lumet (Filadelfia, 1924). El guión, de Tennessee Williams y Meade Roberts, adapta la obra de teatro “Orpheus descending” (1957), de Tennessee Williams, reelaboración de su anterior “Battle of Angels” (1940). Se rueda en escenarios exteriores de Milton (NY) y en estudio (NY). Gana la concha de plata (Lumet) y el premio Zulueta (Woodward, actriz de reparto) del Festival de San Sebastián. Producido por Martin Jurow y Richard Shepherd para United Artists, se proyecta por primera vez en público en sesión de preestreno el 1-XII-1959 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en New Orleans (prólogo) y en la pequeña localidad de Two Rivers (Mississippi), a lo largo de unas cuatro semanas. Valentine “Piel de serpiente” Xavier (Brando), de 30 años, ha abandonado New Orleans y su vida desordenada de animador de un club nocturno. Se instala en una tranquila y apartada localidad, donde se relaciona con Lady Turrance (Magnani), esposa del propietario del almacén general del lugar, con Carol Cutrere (Woodward), una muchacha de vida alegre, y con Vee Talbott (Stapleton), esposa del sheriff (Armstrong). Valentine, o Val, es apuesto, inconformista, cae bien a las mujeres, tiene un pasado oscuro y es aficionado a la guitarra. Ella es sensual, frágil y necesita sentirse apreciada y amada. Jabe M. Turrance (Jory), su marido, está gravemente enfermo y es autoritario y opresivo. Carol, de unos 19 años, es rubia, guapa, atractiva e inexperta. El sheriff es celoso y vengativo.
El film suma drama, romance y crítica social. En el marco de una comunidad pequeña y cerrada del profundo sur, desarrolla una historia de pasiones que tienden a desbordarse al topar con los prejuicios y la intransigencia de las gentes del lugar. Se producen situaciones de gran dramatismo, que permiten el lucimiento de actores y actrices. Los personajes se enfrentan por pasiones de amor, odio, celos, rencor, rabia contenida durante años, envidia y venganza; prejuicios machistas, misóginos y racistas; enfermedades físicas y psíquicas (histeria, psicopatías, sadismo...); adicciones (alcoholismo...); y por el socorrido recurso al uso de la violencia.
El marco rígido de una sociedad anclada en el pasado, afectada por la pulsación de contravalores como la intolerancia, la intransigencia y el dogmatismo, y sin hábitos de solución civilizada de conflictos, amplía la fuerza del drama y lo eleva a extremos que llevan la zozobra al ánimo del espectador. La presencia oculta de las amenazas y su origen impersonal contribuyen a incrementar la tensión dramática. Pese a la intensidad de la obra y a su notable calidad, ésta no alcanza los niveles de fascinación y seducción de “Un tranvía llamado deseo” (Kazan, 1951), “La gata sobre el tejado de zinc” (Brooks, 1958), “¿Quién teme a Virginia Woolf?” (Nichols, 1966) y otros dramas teatrales llevados al cine en los años 50 y 60 del siglo pasado. Con todo, se trata de un film entretenido, interesante y absorbente.
La acción dramática tiene lugar en New Orleans (prólogo) y en la pequeña localidad de Two Rivers (Mississippi), a lo largo de unas cuatro semanas. Valentine “Piel de serpiente” Xavier (Brando), de 30 años, ha abandonado New Orleans y su vida desordenada de animador de un club nocturno. Se instala en una tranquila y apartada localidad, donde se relaciona con Lady Turrance (Magnani), esposa del propietario del almacén general del lugar, con Carol Cutrere (Woodward), una muchacha de vida alegre, y con Vee Talbott (Stapleton), esposa del sheriff (Armstrong). Valentine, o Val, es apuesto, inconformista, cae bien a las mujeres, tiene un pasado oscuro y es aficionado a la guitarra. Ella es sensual, frágil y necesita sentirse apreciada y amada. Jabe M. Turrance (Jory), su marido, está gravemente enfermo y es autoritario y opresivo. Carol, de unos 19 años, es rubia, guapa, atractiva e inexperta. El sheriff es celoso y vengativo.
El film suma drama, romance y crítica social. En el marco de una comunidad pequeña y cerrada del profundo sur, desarrolla una historia de pasiones que tienden a desbordarse al topar con los prejuicios y la intransigencia de las gentes del lugar. Se producen situaciones de gran dramatismo, que permiten el lucimiento de actores y actrices. Los personajes se enfrentan por pasiones de amor, odio, celos, rencor, rabia contenida durante años, envidia y venganza; prejuicios machistas, misóginos y racistas; enfermedades físicas y psíquicas (histeria, psicopatías, sadismo...); adicciones (alcoholismo...); y por el socorrido recurso al uso de la violencia.
El marco rígido de una sociedad anclada en el pasado, afectada por la pulsación de contravalores como la intolerancia, la intransigencia y el dogmatismo, y sin hábitos de solución civilizada de conflictos, amplía la fuerza del drama y lo eleva a extremos que llevan la zozobra al ánimo del espectador. La presencia oculta de las amenazas y su origen impersonal contribuyen a incrementar la tensión dramática. Pese a la intensidad de la obra y a su notable calidad, ésta no alcanza los niveles de fascinación y seducción de “Un tranvía llamado deseo” (Kazan, 1951), “La gata sobre el tejado de zinc” (Brooks, 1958), “¿Quién teme a Virginia Woolf?” (Nichols, 1966) y otros dramas teatrales llevados al cine en los años 50 y 60 del siglo pasado. Con todo, se trata de un film entretenido, interesante y absorbente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es el segundo trabajo de Brando en un papel creado por Tennessee Williams y también es el segundo de Anna Magnani. Los diálogos, abundantes y fluidos, están escritos con claridad y contundencia. Pese al componente teatral del relato, su transformación en obra cinematográfica está lograda en medida notable, gracias a una adecuada fotografía y una oportuna puesta en escena, que logra salvar obstáculos y componer aciertos. El relato constituye una evocación libre del mito clásico de Orfeo y Eurídice, con una solución sorprendente para la inevitable referencia a la serpiente y su significado.
Son escenas para el recuerdo la primera visita de Val a la casa del sheriff y la conversación que allí sostiene con su esposa, la acalorada confesión de la autoría de un crimen del pasado por parte de un personaje, el interrogatorio de Val por un juez de New Orleans (que permanece fuera de pantalla), la escena final y otras.
La banda sonora, de Kenyon Hopkins (“Doce hombres sin piedad”, 1957), ofrece una partitura de gran lirismo, que combina con eficacia tonos dramáticos y melancólicos. Hace uso de formas tan propias del sur como jazz y blues. Incorpora una canción compuesta para la ocasión, de intenso sabor sureño, con música de Hopkins y letra de Tennessee Williams, titulada “Blanket Roll Blues”.
La fotografía, de Boris Kaufman (“L’Atlante”, Vigo, 1934), en B/N, reproduce el magnetismo de Brando, la sensualidad de Magnani y el erotismo de una joven Joanne Woodward, de 29 años. A través de imágenes se aporta al espectador más información de lo que parece sobre aspectos generales del relato. Las celdas de rejas que se ven en la casa del sheriff y en el juzgado de New Orleans presentan al protagonista como preso de su pasado y su destino. Las imágenes de la lluvia torrencial que acompaña la llegada de Val a Two Rivers constituye un presagio del clima opresivo e incómodo que encontrará en el lugar. La dejadez y descuido de los coches de Val y Carol explican rasgos del carácter y del tipo de vida de ambos protagonistas. Brando es presentado como un personaje fatigado, desmoralizado y consciente del paso inexorable del tiempo. De Carol explica la vida descuidada y descontrolada que lleva. La piel de serpiente anticipa hechos trágicos.
Son escenas para el recuerdo la primera visita de Val a la casa del sheriff y la conversación que allí sostiene con su esposa, la acalorada confesión de la autoría de un crimen del pasado por parte de un personaje, el interrogatorio de Val por un juez de New Orleans (que permanece fuera de pantalla), la escena final y otras.
La banda sonora, de Kenyon Hopkins (“Doce hombres sin piedad”, 1957), ofrece una partitura de gran lirismo, que combina con eficacia tonos dramáticos y melancólicos. Hace uso de formas tan propias del sur como jazz y blues. Incorpora una canción compuesta para la ocasión, de intenso sabor sureño, con música de Hopkins y letra de Tennessee Williams, titulada “Blanket Roll Blues”.
La fotografía, de Boris Kaufman (“L’Atlante”, Vigo, 1934), en B/N, reproduce el magnetismo de Brando, la sensualidad de Magnani y el erotismo de una joven Joanne Woodward, de 29 años. A través de imágenes se aporta al espectador más información de lo que parece sobre aspectos generales del relato. Las celdas de rejas que se ven en la casa del sheriff y en el juzgado de New Orleans presentan al protagonista como preso de su pasado y su destino. Las imágenes de la lluvia torrencial que acompaña la llegada de Val a Two Rivers constituye un presagio del clima opresivo e incómodo que encontrará en el lugar. La dejadez y descuido de los coches de Val y Carol explican rasgos del carácter y del tipo de vida de ambos protagonistas. Brando es presentado como un personaje fatigado, desmoralizado y consciente del paso inexorable del tiempo. De Carol explica la vida descuidada y descontrolada que lleva. La piel de serpiente anticipa hechos trágicos.