Polémica película en la que intentaron hacerla trascendente mediante apelaciones ante el comité encargado de los premios a la mejor película de hable hispana en 1992. Sin embargo al perder el juicio la ubicaron como una película localista, a pesar de su terapia filosófica en aras del hijo prodigo que vuelve a casa. A un pueblo “bicicletero” como cualquier otro. Y la pregunta es por que el actor senil, Federico Luppi no ha vuelto a trabajar con el maestro del terror: Guillermo del Toro. ¿Será acaso que el actor es demasiado viejo? O estamos esperando al hijo prodigo argentino que vuelva a ser protagonista de un filme de trascendencia en el que Memo del Toro, nos herede una obra maestra.
México le dará de comer al hijo prodigo. Y matará al mejor becerro. Por que estamos de fiesta en el bicentenario. Y esta vez, ninguna zorra de Montevideo, pondrá condiciones.