La ciudad dorada de un director polivalente como lo fue John Huston. Pensada alguna vez para Brando. Pero un maestro como Huston no estaba dispuesto a esperar ni siquiera a un Marlon Brando.
Huston no entra en ningún estándar de directores sobre la tierra. Era un adaptador de grandes obras literarias al cine.
El personaje aquí en “Fat City” se instala en el boxeo como único refugio de ser golpeado por la vida.
La ciudad grasienta es un filme que no tiene tiempo. Que no envejece, un toque contemporáneo que solo John Huston escribiendo desde Puerto Vallarta, pudo darle valor inmortal.
Espectros que resultan ganadores, porque Huston los engrandece.
Los inadaptados camaleones como el mismo Huston, brillan en un mundo de perdedores como si habitaran en una ciudad dorada y no en una ciudad de despojos, de piltrafas humanas.
Nostalgia pura, mientras Kris nos deleita con su música country.