No es una gran película, ni mucho menos, pero The Canal, tiene sus cosas rescatables, primero y principal, las interpretaciones, sobre todo de su protagonista, excelente Rupert Evans, en todas las facetas por las que le toca atravesar a su personaje, también merece una particular mención el niño que da vida a su hijo, y su compañera de trabajo, también ciertas escenas bastante chocantes que realmente con poco logran crear algo perturbador. Hasta ahí lo bueno, después es una película lenta, irritante por momentos, ya que esa omnipresencia del protagonista, como se va obsesionando hasta terminar por enloquecerse se hace insoportable, predecible, uno se da cuenta de qué paso con la mujer del protagonista, desde el principio, y ese giro que da, es algo que ya se ha visto en otras películas del genero, el final, que muchos valoran por sorprendente, a mí me resulto innecesariamente provocador.