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Argentina Argentina · Buenos aires
Voto de Manuel:
6
Drama Tras cumplir una condena por vengar la violación de su novia por Julio González, Aurelio vuelve a su pueblo. Al llegar se entera de que su madre ha muerto y que su novia vive exiliada del pueblo con su hijo, fruto de la violación. Aurelio decide casarse con ella y olvidar el pasado, pero Julio y su hermano Ramiro no están dispuestos a dejarlos en paz. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tiene un elenco de estrellas, y cuenta más o menos lo mismo que el resto de sus películas sobre amores campiranos de los 40s, pero la verdad que la forma en que lo hace me gusto más que otras como la nombrada o Flor Salvaje. No sé, la sentí más melancólica, más tierna también, la pareja se ve muy linda.
El ritmo es muy pausado incluso bastante más que otras de sus historias, sobre todo de las últimas que había hecho, le sobran por lo menos 15 minutos, pero no aburre y se disfruta el retrato de la rutina de los personajes, y su historia de amor, como Paloma aprende a valorarse y quererse, no sentir vergüenza por algo que no hizo, como reconstruye su orgullo, a pesar de eso para ser una película de Emilio Fernández que siempre reivindicaba a la mujer, es muy pasiva y sumisa, se entiende en cierta manera que sea así por las circunstancias pero la podría haber perfilado de otra manera, que no necesitara de Aurelio para recuperar el amor propio. Aurelio es un personaje hermoso, y la reformulación que hacia Emilio Fernández de lo que era ser macho, que para él pasaba por valorar y proteger (no castrar) a la mujer que se ama, aceptarla y respetarla con todo su pasado que en ese tiempo era algo que pesaba a nivel social, un macho según la visión de Fernández estaba más allá de eso, anteponía el amor y la compasión al orgullo, sus machos mexicanos nunca son violentos contra la mujer, ni buscan imponerse o doblegarlas.
El resto el típico retrato embellecido por la fotografía de Figueroa.
Los villanos son planos y contradictorios, no llegan a ser de opereta pero están al borde.
Hay ciertos elementos que ya eran parte de las "licencias creativas" de Fernández como el hecho de que ese pueblo no tiene referencias de época, por algunas cosas que dicen y por la vestimenta de Aurelio parece que transcurriera en el año que se filmó, peor no se ve ni 1 auto en el pueblo, y peor cuando Aurelio y Paloma siembran maíz los utensilios que usan son dignos de la época de la colonia, no sé si en el México rural de finales de los 40s todavía no se tenia ni siquiera la maquinaria que en otros países había llegado a finales del siglo XIX o solo es un anacronismo que mete Fernández para darle más encanto a las escenas con ese trabajo de siembra y cosecha tan rudimentario.
Manuel
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