4 de setiembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya bastante tiempo que Vladimir Propp nos enseñó que sobre un contado número de argumentos se puede construir un número grandísimo de historias. Y ahí radica el genio de Woody Allen, que supo ver el esquema argumental de Un tranvía llamado deseo y lo ha sabido contar al estilo de hoy. Dos hermanas adoptadas, una de genes buenos y otra de malos, viven historias diferentes. Una es la triunfadora, otra la perdedora. pero pronto la exquisita Blanche ha de refugiarse en casa de su hermana pobre y su pareja, que por desgracia no es Marlon Brando,pero sí igual de bruto .Curiosamente, la antigua y la moderna escapan igual, por la locura. Y Cate Blanchet además de ser bella y elegante es una actriz maravillosa, excepcional. No se le ven las costuras, es Jasmine tal cual.
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