Primero, he de decir que lo del mareo con la cámara no sé si forma parte de la sensación de angustia que quiere plasmar el director, pero si es ese el motivo, conmigo lo logra. La primera parte, la de la boda, es en mi opinión demasiado absurda. Adoro lo absurdo pero cuando entiendo por qué lo es (suena incoherente pero yo me entiendo y bailo sola). Lo que está claro es el estado de Justine, no sé si es simplemente genético (ojo con sus progenitores), si es porque la vida es una mierda porque el mundo es cruel (visión que comparto, excepto cuando soy feliz, porque si no qué ascazo...) o todo un poco. La segunda parte, Claire, tiene más sentido en general y hay escenas gloriosas, como la final.

En general, me ha gustado, aunque se te queda un mal rollo en el cuerpo que para qué, que es ni más ni menos para lo que está hecha la película.