Vamos a ver; si no se nos permite ver las películas que se rodaron en la Alemania nazi o en la Italia de Mussolini en las que se glorificaba los regímenes fascistas o nacional socialista, con la excusa de que son antidemocráticas, ¿por qué tenemos que tragarnos los delirios ultraderechistas y antisemitas de Mel Gibson?

En las películas que patrocinó Hitler quizás haya calidad artística; no sé, porque no las he visto. Pero doy por bueno que no las programen si su contenido es pro-dictatorial. Vale.

¿Por qué pues tragarse a Gibson, que, al menos en esta película, no ofrece mas que sangre, morbo, gore, asco...?

Lo de la verosimilitud histórica es ya de esperpento. Una sociedad occidental que durante 1500 años ha sido obligada a creer en la historicidad rigurosa de los evangelios, ya hace décadas que se ha sacudido ese yugo,. Y reconoce que los evangelios son testimonios de personas que no conocieron los hechos que narran, sucedidos décadas antes, y cuya versión de los hechos está sesgada por sus opiniones y por su profundo odio a los judíos.

Pues viene ahora Mel Gibson y sus patrañeros y nos quieren hacer pasar como histórica una versión basada en los Evangelios y en los delirios y alucinaciones de una monja... Pues bien. Como muestra, un botón: se han hartado de llamar a Pilato "procurador", cuando era "prefecto", que no es lo mismo ni de lejos.

De nota también lo de la iglesia de Juan Pablo II: condena el Código da Vinci por su falsedad y se muestra "profundamente conmovido" ante el molino de mentiras de Los Cuatro Fantásticos/Emmerich/Gibson

Por lo menos "el Código..." no era de mal gusto ni antisemita