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Voto de Daniel Reigosa:
7
6,6
54.521
Acción. Thriller
La lealtad de James Bond (Daniel Craig), el mejor agente de los servicios secretos británicos, por su superiora M (Judi Dench) se verá puesta a prueba cuando episodios del pasado de ella vuelven para atormentarla. Al mismo tiempo, el MI6 sufre un ataque, y 007 tendrá que localizar y destruir el grave peligro que representa el villano Silva (Javier Bardem). Para conseguirlo contará con la ayuda de la agente Eve (Naomie Harris). (FILMAFFINITY) [+]
2 de noviembre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No éramos pocos los que dudábamos del destino del agente 007 hace casi diez años, cuando el aburrido Pierce Brosnan se encargaba de “dar vida” y estropear a este querido personaje. No éramos pocos lo que afirmábamos de que la saga había llegado a sus horas más bajas y que, atrapada en este cine insulso, no se iba a recuperar jamás…pero como ya se sabe, “nunca digas nunca jamás”.
Unos vibramos expectantes con Casino Royale, otros tenían una mirada mucho más escéptica. Aquí descubrimos a un Bond más duro, asesino (con remordimientos), frío, calculador….menos humano (por los sentimientos) y más humano a la vez (por la crueldad de su oficio). Un Bond menos arrogante, menos seductor, menos bufón….se empezaba a ver en Daniel Craig un digno sustituto a Sean Connery, aportando elementos al personaje que sólo se llegaron a intuir con actores como Timothy Dalton.
Quantum of Solace se mostraba indagante en el ser humano de Bond, nos mostraba un Bond jodido con el mundo, un Bond enamorado, culpable y arrepentido. Una película íntima, no valorada por el gran público, pero sin duda la más personal de la saga, menos disparos, menos chicas y más descubrir al humano detrás del smoking.
Así, las expectativas de Skyfall eran elevadas, y más, si detrás estaba San Mendes, un director capaz de indagar en la condición humana como lo hizo en American Beauty o en rodar brillantemente escenas de acción, como demostró en Camino a la Perdición. La mezcla perfecta para este nuevo Bond.
La película no decepciona. Tras un esperado intro de 10 minutos en el que tiene lugar la escena más ambiciosa de la película -parte habitual de la saga y la más aclamada por los fans-, viene la habitual, también, canción Bond, este año correspondiente a la afamada Adele.
Unos vibramos expectantes con Casino Royale, otros tenían una mirada mucho más escéptica. Aquí descubrimos a un Bond más duro, asesino (con remordimientos), frío, calculador….menos humano (por los sentimientos) y más humano a la vez (por la crueldad de su oficio). Un Bond menos arrogante, menos seductor, menos bufón….se empezaba a ver en Daniel Craig un digno sustituto a Sean Connery, aportando elementos al personaje que sólo se llegaron a intuir con actores como Timothy Dalton.
Quantum of Solace se mostraba indagante en el ser humano de Bond, nos mostraba un Bond jodido con el mundo, un Bond enamorado, culpable y arrepentido. Una película íntima, no valorada por el gran público, pero sin duda la más personal de la saga, menos disparos, menos chicas y más descubrir al humano detrás del smoking.
Así, las expectativas de Skyfall eran elevadas, y más, si detrás estaba San Mendes, un director capaz de indagar en la condición humana como lo hizo en American Beauty o en rodar brillantemente escenas de acción, como demostró en Camino a la Perdición. La mezcla perfecta para este nuevo Bond.
La película no decepciona. Tras un esperado intro de 10 minutos en el que tiene lugar la escena más ambiciosa de la película -parte habitual de la saga y la más aclamada por los fans-, viene la habitual, también, canción Bond, este año correspondiente a la afamada Adele.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ya en esa primera escena nos damos cuenta del exquisito buen gusto que profesa el bueno de Mendes, algo que se repetirá en todas las escenas de este tipo durante el film. Es fácil caer, y más en la saga Bond, en la artifiosidad y en la grandilocuencia de los presupuestos….pero Mendes combina todo con esmero para ofrecer unas escenas de acción impactantes, con una excelente fotografía y con muy buen gusto, eso sobre todo…
El argumento puede ser uno de los más fáciles (que no flojos) de toda la saga. Esta vez el malo malísimo no quiere dominar el mundo, sino venganza personal. Para evitarlo, un MI6 en horas bajas decide recurrir a su mejor, aunque cuestionado agente (se hace ya mayor el hombretón).
Este podría ser perfectamente el guión de cualquier película de Bond, pero Mendes decide ahondar más en los orígenes del personaje, con lo que construye un telaraña que va desde M (su falsa madre, interpretado por la eterna Judi Dench) hasta Kincade (representado la figura paterna, interpretado por Albert Finney), pasando por el malo malísimo (un exagente interpretado por Javier Bardém) e incluso experimentando su “Rosebud” particular, esta vez representado por su finca de la infancia en Escocia y el rifle de caza de su padre.
Conclusión: un guión con muchísimo ritmo -no miras el reloj ni una sola vez y pasan casi dos horas y media-, escenas que se quedan en la retina, humor británico bien metido (por fin), claras referencias al cine: “El Tercer Hombre”, “El Fugitivo”, “Apocalyspe Now”, “Rio Bravo” o incluso algunas secuencias al más puro estilo Hitchcock. Cabe señalar también que este Bond le debe mucho al Batman de Nolan, tanto en el desarrollo íntimo del personaje, como en la elaboración de su alter ego.
Por sacarle algunos defectos (que los tiene, por supuesto), aparte de que en una saga Bond siempre hay escenas en las que dices “venga ya”…hay dos cosas que me han dejado un poco incómodo…destacar la eterna escena final y lo que cuesta entrar en el personaje del malo malísimo (no por culpa de Bardém, sino por su estúpida peluca y ambigüedad), eso sí, una vez que te haces con él , se hace digno villano de la saga Bond.
El argumento puede ser uno de los más fáciles (que no flojos) de toda la saga. Esta vez el malo malísimo no quiere dominar el mundo, sino venganza personal. Para evitarlo, un MI6 en horas bajas decide recurrir a su mejor, aunque cuestionado agente (se hace ya mayor el hombretón).
Este podría ser perfectamente el guión de cualquier película de Bond, pero Mendes decide ahondar más en los orígenes del personaje, con lo que construye un telaraña que va desde M (su falsa madre, interpretado por la eterna Judi Dench) hasta Kincade (representado la figura paterna, interpretado por Albert Finney), pasando por el malo malísimo (un exagente interpretado por Javier Bardém) e incluso experimentando su “Rosebud” particular, esta vez representado por su finca de la infancia en Escocia y el rifle de caza de su padre.
Conclusión: un guión con muchísimo ritmo -no miras el reloj ni una sola vez y pasan casi dos horas y media-, escenas que se quedan en la retina, humor británico bien metido (por fin), claras referencias al cine: “El Tercer Hombre”, “El Fugitivo”, “Apocalyspe Now”, “Rio Bravo” o incluso algunas secuencias al más puro estilo Hitchcock. Cabe señalar también que este Bond le debe mucho al Batman de Nolan, tanto en el desarrollo íntimo del personaje, como en la elaboración de su alter ego.
Por sacarle algunos defectos (que los tiene, por supuesto), aparte de que en una saga Bond siempre hay escenas en las que dices “venga ya”…hay dos cosas que me han dejado un poco incómodo…destacar la eterna escena final y lo que cuesta entrar en el personaje del malo malísimo (no por culpa de Bardém, sino por su estúpida peluca y ambigüedad), eso sí, una vez que te haces con él , se hace digno villano de la saga Bond.