Si has visto la segunda parte te das cuenta en seguida de que el inicio de esta historia está cambiado y además el resto de la historia no tiene nada de sentido. Da la impresión de haberse realizado el guión en dos días. El argumento falla en repetidas veces, y en general nada parece tener sentido respecto a la segunda parte. Pero una vez más, Sam Raimi vuelve a demostrar que es único en el arte del entretenimiento y consigue sacarnos buenas sonrisas y deleitarnos una hora y media de entretenimiento.

En definitiva, mucho más comercial, sinsentido, ñoña e infantilizada que la primera y la segunda parte de "Evil dead", es más, yo a esta tercera parte no la calificaría, ni por asomo, de cine de terror, pero muy entretenida al igual que las dos anteriores.