Interesante film distribuido por la inefable Netflix, que tiene como punto original o al menos curioso, de estar narrado todo bajo el prisma de las impresiones y vivencias de la novia del monstruo Ted Bundy, capaz de las mayores barbaridades y parecer siempre como un ser encantador.
Aquí Berlinger logra una cinta estimable desde el punto de vista técnico y atractivo desde el puramente narrativo.
La cinta, con la duración exacta, no se pierde en vericuetos psicológicos del personaje, sino que va desgranando la íntima personalidad del protagonista a través de la relación con su novia e hija de esta.
Muy entretenida en todo momento, logra gracias a un constante ritmo, que el espectador no desconecte en ningún momento.
Es posible que a un buen número de espectadores no le convenza al no verse en pantalla (¡gracias a Dios o mejor dicho, al guionista Michaerl Werwie, adaptando el libro de Elizabeth Kendall!) los terribles asesinatos. Sólo hay una escena y con eso basta, pues los testimonios verbales de distintos personajes ya nos van dando suficientes detalles para hacernos a la idea de la clase de sujeto que es Bundy.
Muy bien interpretada, puede que no pase este filme a la historia del cine pero está francamente bien aunque quizás el espectador medio prefiera ver otra clase de historias más edificantes o precisamente lo contrario, más explícitos. Evidentemente esta cinta no está dirigida a ello/as.

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