Ha sido una casualidad dar con este Jean-Claude, y ha resultado una agradable sorpresa por ver que se conserva de maravilla y que sigue en la misma línea honrada de ofrecer películas de gran valor para ese público suyo, fiel y culto. A pesar de que los años pasan sigue ofreciendo el papel que le va sin menoscabo ninguno, está claro que se cuida y trabaja con esfuerzo e ilusión. En este tío sí que puedes confiar, no se sale de sus esquemas ni insulta a nadie ni se pone moñito ni va haciendo declaraciones absurdas por la televisión. Va a lo suyo y aquí lo demuestra. Presenta un personaje acorde con su trayectoria, y para deleite del espectador, el personaje, que es él mismo haciendo de agente secreto, esta vez... ¡nos lo presentan enamorado!

Enamorado de la moda juvenil porque ella es una compañera joven y guapa. Qué diferencia con otros empeñados en pasar por duros agentes secretos sin ningún matiz agradable. Por ejemplo: ¿Cuándo se ha visto al Seagal enamorado? Seagal está enamorado de él mismo y de nadie más. Y asusta verle tan gordo.

Al tema. ¡Cómo ha ido creando Jean-Claude una carrera admirable gracias a su carisma y simpatía! Es una serie desenfadada y tierna, llena de buen humor, con el toque de cachondeo que los tiempos que vivimos requieren para variar un poco. Cuando peor están las cosas y pintan bastos por todos lados, podemos encontrarnos con este tío para pasar el rato, olvidando a negacionistas, mociones y engañabobos generalitates.

Sigue dando el aire de ser un tío humilde y humildes son sus papeles, le pegan perfectamente, pide las cosas por favor y se ve que la jefa de la serie le aprecia y siempre le echará una mano. Pertenece a una organización, gubernamental o no gubernamental es igual, y para despistar a sus enemigos pasa por ser un actor, actor de películas de acción. Me he acordado de la antigua serie de TV: Yo, espía, con otro gran tío de entonces como Robert Culp, que para ocultar que era un espía se hacía pasar por tenista profesional, y también majete no como el chulito de Dokovic que no hay quien le aguante. Por cierto, hace unos pocos años hicieron un remake de esa serie, para el cine: Yo, espía; con dos tontos en apuros como son Eddie Murphy y ‎Owen Wilson‎. Pero esa es otra historia.

La serie está bien, no hay problema en verla si te gusta este tío. Aquí Jean-Claude encaja perfectamente a un agente que no sabe si retirarse o no, con ese punto melancólico que adquiere la gente mayor por tiempos pasados y le he visto un poco triste en algún momento aunque tiene la suerte de que aún gusta a las jovencitas, y las cabrea y todo. Pues sí, trabaja con mujeres jóvenes porque supongo que sesentañeras no pegan mucho en este tipo de series y encima al lado de una estrella que se dedica a pegar patadas. Está claro, esto no va de "En el estanque dorado", por ejemplo. Alguno lo verá mal, pero lo que siempre digo, señores: que esto es una película y no tiene nada de real, y las mujeres pasan de él, ya se sabe, sólo le piden autógrafos y un selfi al acabar la escena.

Lo único que tiene de real es que Jean-Claude, es él mismo, y para despistar en vez de apellidarse Van Damme dice que es Van Johnson, como aquella estrella de cine que hubo, y se presenta como actor de cine. O sea, que la tapadera que usa en la serie es la verdad y lo que es en la serie, agente infiltrado, es un cuento. Como la vida misma.