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Voto de floïd blue:
9
8,2
14.615
Cine negro. Drama
Nueva York, año 1934. Christopher Cross es un simple cajero, infelizmente casado, cuya única pasión es la pintura. Una noche conoce a Kitty March, una atractiva buscavidas de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio Johnny, un tipo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para intentar explotar al pobre hombre, pues creen que sus cuadros valen mucho dinero.
(FILMAFFINITY)
(FILMAFFINITY)
11 de febrero de 2009
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ay, pardillo. Christopher Cross, cajero con nombre de cantante, es más parado que un charco.
Esta perversidad cuenta la avidez de amor que tienen esas figuras grises que van por el mundo como seres de otros mundos, esperando el momento. ¿Qué momento? No se sabe. Perversidad se entiende como engaño sumo, pero con el añadido del cachondeo, de la burla. Tomar el pelo con ganas, con mala leche, con saña. Es una proyección auténtica del mundo interior de uno, sensible, con la cruel realidad, insensible.
Hay 2 circunstancias algo ajenas a este drama perfectamente presentado: la pintura y el hombre que regresa del mundo de los muertos: la sensibilidad y la realidad tangible y macabra. Es significativo el parche en el ojo que lleva; puede indicar que es un mero guiño del Señor Lang, pues el tipo no es tuerto. Éste le coloco aquí un poco bajo cuerda porque me viene bien para el cantazo que preparo al señor Cross.
Por otro lado es notable, claro, explícito a más no poder, la definición del cajero, su personalidad, el retrato del tipo de hombre que es cuando se pone a fregar, a pintar en el baño, a ir de un lado a otro de la casa según le va echando la mujer de su lado como un perro. Un ser sumiso que se sabe despreciable y lo asume.
Memorable cinta sobre el engaño y su mejor herramienta: la manipulación.
Esta perversidad cuenta la avidez de amor que tienen esas figuras grises que van por el mundo como seres de otros mundos, esperando el momento. ¿Qué momento? No se sabe. Perversidad se entiende como engaño sumo, pero con el añadido del cachondeo, de la burla. Tomar el pelo con ganas, con mala leche, con saña. Es una proyección auténtica del mundo interior de uno, sensible, con la cruel realidad, insensible.
Hay 2 circunstancias algo ajenas a este drama perfectamente presentado: la pintura y el hombre que regresa del mundo de los muertos: la sensibilidad y la realidad tangible y macabra. Es significativo el parche en el ojo que lleva; puede indicar que es un mero guiño del Señor Lang, pues el tipo no es tuerto. Éste le coloco aquí un poco bajo cuerda porque me viene bien para el cantazo que preparo al señor Cross.
Por otro lado es notable, claro, explícito a más no poder, la definición del cajero, su personalidad, el retrato del tipo de hombre que es cuando se pone a fregar, a pintar en el baño, a ir de un lado a otro de la casa según le va echando la mujer de su lado como un perro. Un ser sumiso que se sabe despreciable y lo asume.
Memorable cinta sobre el engaño y su mejor herramienta: la manipulación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La señora Bennett, la supuesta amante, el cielo del señor Cross, no es más que la prolongación perversa de la otra mujer, la misma mujer pero ya las dos como una sola herramienta de destino: el fin de toda esperanza que surge con la realidad y los sueños se esfuman.