Interesante película denominada por los expertos como de serie B. Dicen serie B porque salen monstruitos que claramente se puede ver que no son de verdad, será por eso que es de serie B.

Gordon Douglas hábilmente expone las hormigas a intervalos, pero basa la acción en una concienzuda investigación policial plagada de testigos accidentales del éxodo de las hormigas por EEUU.

FBI y policía, y luego el Ejército, unen sus fuerzas y siguen el rastro de las hormigas. Han atacado un vagón con sacos de azúcar, pues allí que van. Dirá el empresario que se ha quedado sin el pedido sin el albarán y sin cliente:
-No comprendo por qué la policía se interesa por este robo con todos los atracos que hay.
-Es que somos muy golosos.

James Arness tiene un acercamiento libidinoso hacia la hija del científico que ameniza la acción. Parece que le gusta la chica más que el azúcar a las hormigas. Lamentablemente Gordon Douglas no está para romanticismos con tanto jaleo. La película cuenta con interés y aporta documentación sobre la vida de las hormigas.

Añadiremos la similitud del guión inicial con la aparición alienígena en el desierto de un insecto que devora el azúcar en Men in Black. Es un detalle sin importancia pero podría haber sido un guiño a esta Humanidad en peligro. Un clásico de la ciencia ficción catastrofista.