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Voto de Antonio Morales:
8
Comedia Wendell Armbruster (Jack Lemmon) es un hombre de negocios americano que se ve obligado a viajar a Italia, donde su padre ha muerto en un accidente de coche. A pesar de que tratan de ocultárselo, se entera de que su padre tenía una amante, que lo acompañaba en el momento del accidente. Cuando entra en escena la hija de la amante (Juliet Mills), la animadversión entre ellos es instantánea, pero la embarazosa situación se complica todavía ... [+]
28 de octubre de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La comedia acostumbra a surgir de la confrontación de dos personajes, imposibles de conjugar, a menudo ubicados inicialmente en el lado equivocado que terminan por intercambiar posiciones. O expresado de otra manera: las transformaciones sociales suelen acarrear cambios personales. O viceversa. “Avanti!” (el título español me parece estúpido) lo refrenda. El cambio se ofrece como una suerte de educación sentimental, de revelación del protagonista masculino, una revelación que adquiere los rasgos de una mujer.

En cierto sentido, podemos hablar del encuentro de dos civilizaciones o continentes, o cómo la vieja Europa educa en el arte de vivir a los modernos Estados Unidos. Wendell Ambruster JR. (Jack Lemmon) es un eficiente y áspero hombre de negocios, casado, mojigato y conservador, que paga con una úlcera de estómago su estricta moral de vida. En un viaje a la Italia meridional, para hacerse cargo del cadáver de su padre fallecido en accidente de tráfico, descubre que su progenitor llevaba una doble (y feliz) vida, reuniéndose con su amante secreta en Ischia todos los veranos.

La situación es muy molesta para este agrio personaje, y más cuando conoce Pamela Piggott (Juliet Mills), la hija de la amante de su padre, porque representa todo lo que él no es y de lo que carece. Este film agitado y conmovedor, es una comedia deliciosa e inteligente, donde triunfa el hedonismo; pero la cercanía o presencia de la muerte, siempre está presente en esta última etapa de Wilder, adquiere un peso cada vez mayor en su filmografía. Considérense los diversos toques de humor macabro que amueblan la historia y que siempre supone una lección para los vivos. Con todo prevalece un encomiable “carpe diem” un canto a la alegría de vivir, rechazando las hipocresías, muy acorde a un bullicioso Wilder.

Como bulliciosos son los hoteles del cineasta, lugar de confusiones de objetos e identidades, espacio donde convergen los personajes más divertidos, señoriales o subalternos, casanovas caducos y conserjes serviciales… o el impagable gerente Carlo Carlucci (Clive Revill) de Avanti!, no por azar auténtico maestro de ceremonias de la pareja. Wilder describe una Italia con su idiosincrasia latina y mediterránea para poner en solfa los valores más idiosincráticos americanos. Logrando situaciones que facilitan la abundancia de chistes y bromas…, aunque la inmediatez del gag visual vence al gag oral. Para Fernando Trueba, Billy Wilder era Dios, yo no me atrevería a tanto…, pero lo situaría cerca de la Santísima Trinidad.
Antonio Morales
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