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Voto de Antonio Morales:
10
Drama Barrio madrileño de Maravillas. Eloísa es una abnegada esposa y madre eficiente, que vive con su marido, un guardia municipal más autoritario en casa que en la calle y al que a veces se le va la mano. Su hijo es un beato que salió del seminario poco antes de convertirse en sacerdote, y que se pasa la vida estudiando y rezando para expiar los pecados de su familia. Las hijas, dos hermanas, obsesionadas cada una a su manera por la ... [+]
10 de diciembre de 2015
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película maldita y mal estrenada por problemas con la censura, los vigilantes morales no la podían permitir por su “nocivo argumento”. “El mundo sigue” es una de las mejores películas del cine español, dirigida por el maestro y polifacético Fernando Fernán Gómez, rescatada y restaurada 50 años después. Una obra maestra, fiel reflejo del fracaso político de la postguerra, espejo de una sociedad y de un realismo punzante. Abordando temas tabúes para la época como: el aborto, la prostitución, la corrupción moral, el odio atroz, la envidia, la miseria, la ludopatía, el machismo y la agresión a las mujeres, temas candentes que la sociedad franquista no podía permitir, ante la idea basada en la importancia de la familia como generadora de valores humanos, además de la denuncia explícita de una doble moral. Con unos monólogos interiores que describen los pensamientos de los personajes, hasta entonces no realizados en el cine español.

Adelantada a su tiempo por lo que cuenta pero también a nivel estético y formal, gracias a una grandiosa puesta en escena, osada y pasional en unos escenarios tanto en paisajes urbanos como interiores, que describen perfectamente aquel tiempo, como era el barrio de Maravillas en Madrid. El cineasta adapta un texto de Juan Antonio De Zunzunegui, un falangista muy crítico con la política de Franco. Narra la desgarrada historia de una familia, centrada en dos hermanas que se odian visceralmente, dos personajes antagónicos e irreconciliables, una es la mujer sufrida y reprimida que no puede salir adelante con tres hijos, víctima de un marido irresponsable y castrada por su educación moral. Y la otra es una mujer hedonista y sin escrúpulos que utiliza a los hombres para su ascenso social.

La sordidez y el pesimismo impera en la dialéctica de conflictos que recorre todo el film, especialmente entre el camarero Faustino (Fernán Gómez) y su esposa Eloisa (Canalejas). Ella eternamente añorante de su coronación como mis Maravillas, reprimiendo sus instintos sexuales, y reprochando a su hermana Luisa (Cuervo) lo que ella desea interiormente pero no se atreve a realizar. Mientras que él, es un ludópata fanático del futbol y las quinielas que arrastra sus penurias económicas para dar de comer a sus hijos. Estructurada de forma coral, goza de un extraordinario casting, donde sobresale, en mi opinión, el de Lina Canalejas, Gemma Cuervo y Milagros Leal, impresionante trabajo.

Una obra perfecta y coherente, no ha concesiones ni rastro de humor (ni siquiera negro) como en otras cintas del maestro, ni idealización, ni de sentimentalismo. No es posible identificarse con ninguno de los personajes, es algo que no permiten ni los que más pena puedan inspirar. Para colmo, su denuncia es tan desesperada como poco enardecedora, no es maniquea, no hay culpables y víctimas claramente distinguibles, no se proponen ni vislumbran soluciones ni remedios. Apenas sigue una línea dramática y a veces parece incluso un documental, sin lirismos ni elipsis, en toda su crudeza, sin miedo ni paliativos, como un drama cotidiano y sin un resquicio para la evasión.
Antonio Morales
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