Por momentos un tanto pesada, por momentos hilarante y en otros simplemente se deja ver...
Esta especie de comedia con acción, a los que nos tiene acostumbrados Jonathan Lynn, (parece que tiene una especial fascinación por hacer simpáticos a los asesinos a sueldo) resulta mucho más tolerable gracias a sus eficaces actores.
Emily Blunt, una ladrona fascinada por el loock glamour-heat, está realmente graciosa y encantadora luchando con sus stilettos en todo momento.
Rupert Grint, un irish in London, siempre con esa cara de niño bueno, absolutamente soportable.
Y un espléndido Bill Nighy al que nunca le había visto yo ese loock a lo Clifton Web que tiene aquí.
Aquel Clifton Web al que me refiero, era ese americano que era como un inglés totalmente cool...
De esos que dicen parrafadas a lo Wilde sin que se les mueva un pelo, que no se sabe si son para un lado o para el otro, película espléndida de Web, Laura de Otto Preminger...Me ha maravillado el aire Clifton Web que ha conseguido aquí Bill Nighy, gracias a eso le he puesto un 6 sobre 10 y hace que la peli valga la pena de perder el tiempo.
Renglón aparte la fantastica Eileen Atkins, actualmente muy contratada por los british, seguramente la recuerdan en la inefable Leonor de Aquitania que hizo en la versión de Ridley Scott de Robin Hood...
En cambio, la breve aparición de Rupert Everett, un rico coleccionista de obras de arte robadas de los museos y que sólo él puede ver, (el tema fue ya mil veces tratado en otros films) no nos dice nada de nada.