Como dice el tipo del peto vaquero, sentado en el rincón, que toca la mandolina: Lo ideal sería aplicar las capacidades de la vida real a las ideas de los sueños.

Un poco de esto ha aplicado Richard Linklater, usando una técnica sorprendente de animación, sobre un guión de ensueño que desprende inteligencia por los cuatro costados.

Aparentemente carece de una trama principal que una la sucesión de monólogos, pero siempre tenemos presente el hilo conductor de los sueños y de la "waking life". Algunas de las conversaciones han hecho que me pierda en la espiral de razonamientos (experiencia nada desagradable), pero otras perfectamente abarcables, me han hecho plantearme cuestiones que de otra manera nunca hubiera encarado.

Película con la mente sana y el cuerpo muy muy atractivo.