Interesante film de terror dirigido por el debutante Peter Cornwell. La podríamos situar en el subgénero denominado terror-fantástico, pues una de sus principales virtudes es el enorme trabajo técnico y de efectos especiales que hay detrás del producto.
En mi opinión se trata de una película que va de más a menos según avanza, contando con unos primeros 20-25 minutos excelentes. En dicho comienzo se nos muestra una lograda presentación de personajes y pronto el espectador empieza a percatarse de que las apariencias engañan, no todo es lo que parece. Combina excelentemente los géneros de drama y suspense utilizando la tortura interior, espiritual, de cada personaje.
Tras ese periodo la película empieza a decaer notablemente y se torna cada vez en menos interesante, manteniendo el interés mas bien por cómo acabará que porque sea realmente apasionante. Buenas interpretaciones en general, superiores a la media en este tipo de género, destacando claramente a madre e hijo, interpretados por la siempre eficiente Virginia Madsen y el jovencísimo Kyle Gallner, un actor que tras formarse en la televisión (Veronica Mars, Smalville) acaba de dar el salto al cine con buena nota.