¿Pero qué es esto? ¿Pero qué me estás vendiendo, Anita? ¿Pero qué tufo a puta bazofia es éste? ¿Cliché? ¿Pero qué coño dice ése del cliché? Basura tuneada con neones saliéndole del culo. Cliché, dice. Ya quisiera.

Esa brisa que te llega suavemente al hocico, esa pestecilla a Disney de cuatro de la tarde, esa pija incomprendida más vista que el tebeo, con el lote completo: el novio egoísta, la amiga graciosilla y medio puta, la madre estirada... Te cagas. Y el prota... Bueno, con el prota te mueres. Eminem. El rebelde sin causa oprimido por la sociedad. Puro talento, ya bailaba en la tripa de su madre antes de nacer, hacía el pino y sacaba los pies por la boca. Un figura. Con lote completo, también: amiguete negro y molón, el hermanito bocas del amiguete, el entorno familiar difícil, QUÉ CASUALIDAD... Un poquito de rap, para disimular, muchachotes malos que se curran en la discoteca, pa que no se diga que la peli es blanda. Anda ya, ceporra. Pedazo de guión.

Qué manía que le voy a coger al baile, nene, qué asco. Yo soy de los que se quedan en una esquina de la barra con el cubata en la mano, mirando, disfrutando secretamente en mi reducto de sombra del autoconfinamiento. A mí ni te acerques, vamos. Que baile tu madre, guapa. Que te pires.