La verdad es que Amanda Bynes se merece un documental sólo para ella. Ahí hay material para horas.

El documental es muy ameno y dinámico, 4 episodios (hay un 5 escondido que es la repercusión que ha tenido la emisión de este que se puede obviar) en el que te cuentan todo lo que Nickelodeon quiso tapar en sus platós de series infantiles y juveniles.

Está muy bien narrado, comienza con cosas que te puedes pensar que son simples casualidades o más propias de la época woke que estamos viviendo pero... poco a poco te va dirigiendo hacia un mundo en el que toda la felicidad que transmitían las series de Nickelodeon te llevan hacia el infierno de la gente que las rodaba.

El punto culminante, la aparición de Drake Bell. Muy carismático en pantalla y espectacular en lo que cuenta y en cómo lo cuenta.