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Voto de Vivoleyendo:
7
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Ciencia ficción. Thriller. Acción
Tras la llegada de una enorme nave espacial a Johannesburgo (Sudáfrica), los alienígenas fueron encerrados en campos de concentración en calidad de refugiados. Unos veinte años antes, cuando los extraterrestres entraron en contacto con nuestro planeta, los hombres esperaban un ataque hostil, o un gran avance tecnológico. Pero nada de ello sucedió. (FILMAFFINITY)
21 de setiembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y, como si no fuera bastante con la que tenemos montada aquí los humanos, van y vienen unos alienígenas que no se sabe de dónde han salido ni por qué han tenido el mal gusto de ir a parar a este antro que hemos creado entre unos y otros.
Es algo así como aquellos lagartos de la serie "V" que hizo furor en los ochenta, pero ahora en vez de lagartos hay una especie de langostas tirando más bien a feúchas. No es que los lagartos aquellos fueran un primor, pero eran Mister y Miss Universo (no mejor dicho) en comparación con estos bichos. Es difícil creerse que esos seres sean capaces de dominar semejante tecnología puntera, pero bueno, a menudo las apariencias engañan y no todo es morralla. Pero me inclino a pensar que a lo mejor en su planeta de origen querían deshacerse de la morralla, algo así como una condena a destierro para las langostas delincuentes y criminales de baja estofa, y qué mejor vertedero que el vasto universo. Y, por supuesto, la Tierra.
Porque, por lo que se ve, de ese millón y pico de langostas que a saber por qué acaban en la quinta puñeta, o sea, aquí, como mucho hay un par de especímenes con algo de inteligencia. Y, viendo esa pedazo de nave tan fardona que se gastan los tipos y que se queda ahí aparcada en el aire durante veinte años (y sin pagar cuotas al Ayuntamiento, qué lujo) encima de Johannesburgo, pues una se pregunta dónde está la mente preclara capaz de diseñar semejante monstruo de la ingeniería.
Aunque, claro, lo cierto es que en realidad se parecen mucho a nuestra especie. Existen unas cuantas cabezas pensantes, no muchas, que controlan todo en la sombra, y que nadie sabe a ciencia cierta quiénes son. Y la gran mayoría somos ciudadanos de a pie que, al igual que las langostas extraterrestres, vamos rebuscando entre las basuras de la civilización míseros restos, creando a nuestro alrededor un entorno bastante podrido y degenerado, donde abundan las ratas de diverso tipo, los parásitos y las sanguijuelas que van a sacar tajada de la mierda y de la sangre ajena.
Poca diferencia veo, en realidad.
Que tengan que venir unos bichos de fuera para replicar el general modo de vida humano, pues habla por sí solo.
Guetos, desavenencias, pésima convivencia, recelos mutuos, tensiones. ¿Humanidad? ¿Derechos del ser racional, ya que no cabe restringir el término a "derechos humanos"?
La guerra, desgraciadamente, está servida en este planeta, tanto si hay alienígenas como si no.
Es algo así como aquellos lagartos de la serie "V" que hizo furor en los ochenta, pero ahora en vez de lagartos hay una especie de langostas tirando más bien a feúchas. No es que los lagartos aquellos fueran un primor, pero eran Mister y Miss Universo (no mejor dicho) en comparación con estos bichos. Es difícil creerse que esos seres sean capaces de dominar semejante tecnología puntera, pero bueno, a menudo las apariencias engañan y no todo es morralla. Pero me inclino a pensar que a lo mejor en su planeta de origen querían deshacerse de la morralla, algo así como una condena a destierro para las langostas delincuentes y criminales de baja estofa, y qué mejor vertedero que el vasto universo. Y, por supuesto, la Tierra.
Porque, por lo que se ve, de ese millón y pico de langostas que a saber por qué acaban en la quinta puñeta, o sea, aquí, como mucho hay un par de especímenes con algo de inteligencia. Y, viendo esa pedazo de nave tan fardona que se gastan los tipos y que se queda ahí aparcada en el aire durante veinte años (y sin pagar cuotas al Ayuntamiento, qué lujo) encima de Johannesburgo, pues una se pregunta dónde está la mente preclara capaz de diseñar semejante monstruo de la ingeniería.
Aunque, claro, lo cierto es que en realidad se parecen mucho a nuestra especie. Existen unas cuantas cabezas pensantes, no muchas, que controlan todo en la sombra, y que nadie sabe a ciencia cierta quiénes son. Y la gran mayoría somos ciudadanos de a pie que, al igual que las langostas extraterrestres, vamos rebuscando entre las basuras de la civilización míseros restos, creando a nuestro alrededor un entorno bastante podrido y degenerado, donde abundan las ratas de diverso tipo, los parásitos y las sanguijuelas que van a sacar tajada de la mierda y de la sangre ajena.
Poca diferencia veo, en realidad.
Que tengan que venir unos bichos de fuera para replicar el general modo de vida humano, pues habla por sí solo.
Guetos, desavenencias, pésima convivencia, recelos mutuos, tensiones. ¿Humanidad? ¿Derechos del ser racional, ya que no cabe restringir el término a "derechos humanos"?
La guerra, desgraciadamente, está servida en este planeta, tanto si hay alienígenas como si no.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En medio del caos, surge un fenómeno que parece una ironía del destino, o una consecuencia lógica. Un hombre, tras tener contacto con un extraño líquido, comienza a transformarse en uno de ellos. Se adentra en tierra de nadie. Humano y langosta cósmica. Ni uno, ni otro. Sus congéneres humanos demuestran inmediatamente su lamentable condición tratándolo como a un desecho de raro interés científico. No tarda en comprobar que, sorprendentemente, sus nuevos congéneres langostas no tienen dificultad en aceptar su cambio y lo respetan bastante, dentro de sus posibilidades. Incluso, y aquí parece estar la lección, son los únicos que lo tratan con algo de "humanidad". Al menos, el que tiene pinta de ser el cerebro del abigarrado grupo.
Si es que... ¿Quiénes son más bichos?
El estilo de documental que tanto se estila hoy día no le va mal al film. Un rodaje que toma por los derroteros naturalistas e "hiperrealistas", mostrando la llegada de los extraterrestres, su confinamiento en el gueto, su fallida inserción social y los despliegues de seguridad terrestre y aérea como si todo eso fuera muy real. Como si alguien se hubiera echado una cámara al hombro y se hubiera puesto a grabar lo que veía. Muy bien conseguido.
No podían faltar las fantasmadas en plan Rambo-Depredador, sangre a porrillo, mucha explosión y mucho tiro.
Que al prota sólo le faltaba ir gritando (aunque creo que casi lo hacía): "¡Soy una semi-langosta cabreada! ¡Tengo pinzas de cangrejo gigante y pienso usarlas!" Y que ya daba hasta miedo, el nota. Y eso que al principio parecía tonto. Pero cuando a uno le tocan la moral...
Total, que como gamberrada de alienígenas que se dan un paseíto por aquí, con mensaje más bien dirigido a nosotros, no está mal el invento.
Si es que... ¿Quiénes son más bichos?
El estilo de documental que tanto se estila hoy día no le va mal al film. Un rodaje que toma por los derroteros naturalistas e "hiperrealistas", mostrando la llegada de los extraterrestres, su confinamiento en el gueto, su fallida inserción social y los despliegues de seguridad terrestre y aérea como si todo eso fuera muy real. Como si alguien se hubiera echado una cámara al hombro y se hubiera puesto a grabar lo que veía. Muy bien conseguido.
No podían faltar las fantasmadas en plan Rambo-Depredador, sangre a porrillo, mucha explosión y mucho tiro.
Que al prota sólo le faltaba ir gritando (aunque creo que casi lo hacía): "¡Soy una semi-langosta cabreada! ¡Tengo pinzas de cangrejo gigante y pienso usarlas!" Y que ya daba hasta miedo, el nota. Y eso que al principio parecía tonto. Pero cuando a uno le tocan la moral...
Total, que como gamberrada de alienígenas que se dan un paseíto por aquí, con mensaje más bien dirigido a nosotros, no está mal el invento.