Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Karlés Llord:
8
Drama. Romance. Musical Norman Maine, un famoso actor adicto al alcohol, descubre a Esther, una joven con un gran talento para la canción, y decide impulsar su carrera cinematográfica. Ella triunfa y, pocos meses después, la pareja contrae matrimonio. Pero, a medida que el éxito de Esther aumenta, el de Norman declina y esa situación lo empuja a la autodestrucción. (FILMAFFINITY)
18 de febrero de 2010
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las dos críticas que hay en FA para esta película exponen a cabalidad sus aspectos más importantes, y ambas me parecen modelo de seriedad y lucidez. Difícil encontrar algo que añadir, por tanto seré breve y me concentraré en un detalle que, más que merecer una crítica en sí, más bien debería quedar como nota al margen de las dos críticas preexistentes.

Y es que, tanto Garland como Mason despliegan un lenguaje gestual que no desmerece los mejores instantes del cine mudo. En varias ocasiones estuve a punto de cortar el audio, pero como era mi primer visionado, preferí concentrarme en la intención del director. La próxima vez la veré con una música distinta de fondo. Quizá con la música de otra película.

Judy Garland se luce en un escenario dramático, intenso, de fin de época. Cukor recoge todas sus cualidades y las hace brillar, no en el típico registro multicolor y circense de las hermosas películas de Minnelli, sino en una atmósfera sobria, densa, elegante, casi surreal. Es el canto de cisne de la Garland, quien abandona su rol de niña genio y pasa a una dimensión más elevada de su arte: aquí actúa e improvisa en la misma línea de las grandes y atormentadas divas del jazz. Es como si súbitamente, por un momento, ella sintiera la presencia de una vida secreta, oscura, que puede experimentarse sólo en breves chispazos, y que roza lo sobrenatural mismo del arte.

Una película que ilustra descarnadamente los dos polos de esa máquina de triturar vidas que es el star system de Hollywood: el fracaso y el éxito, que finalmente, amalgamados en una simbiosis que manejan con inusual virtuosismo el director y los dos actores protagónicos, devienen en una polaridad más ambigua pero por eso mismo más real.

Por un lado, el fracaso del éxito. Y por otro, el éxito del fracaso.
Karlés Llord
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow