Una súper entretenida cinta de acción que tiene por protagonista a un Bruce Willis a pleno encarnando el típico papel de duro detective perdido y drogón con serios problemas de relación personal. Esta vez está acompañado por Damon Wayans, quien compone a un ex jugador de fútbol americano que ha perdido su trabajo por un asunto de drogas y presiones.
Juntos hacen causa común: son perdedores natos y unos don nadie traumados que no tienen nada que perder.
El conflicto que se les presenta es un asunto de apuestas ilegales que ensucia el deporte y que mueve demasiado dinero como para tener a la mafia detrás.
Así se desarrolla una cinta híper dinámica, con buenas dosis de acción y violencia, con una agradable química en la pareja protagonista, con mucha adrenalina gracias a explosiones por doquier y tiroteos a mansalva, pero por sobre todo el mayor mérito son sus ocurrentes y punzantes diálogos que mueven en muchas ocasiones a la carcajada de tan chispeantes e hilarantes que resultan.
Willis es otra vez un duro de matar al mejor estilo “Die Hard”, sólo que tiene mucho menos que perder ya que es prácticamente un paria de la sociedad que ha perdido el orgullo y hasta el respeto por sí mismo.
Claro que la cinta exagera en muchos pasajes para lograr impactar y quizás faltaría un poco más de elaboración en la historia en sí, la cual no tiene suficiente volumen como para trascender y proyectarse como una narración con suficientes ribetes como para analizar.
Pero es un filme logrado desde su aspecto técnico, muy saludable en su ritmo narrativo y desternillante desde su humorismo dialéctico… Factores que hacen olvidar a la lógica y nos hacen disfrutar un montón con una retahíla de situaciones desmadradas desde el frenesí y socarronas desde la incesante verborrea que evapora incorrección por todos sus poros.
En fin, un interesante filme donde los antihéroes caen extremadamente simpáticos en sus miserables vidas, donde el sarcasmo es la estrella principal, donde la acción es virulenta y absorbente, y donde los diálogos son incisivos y mordaces a tal punto de ser prácticamente lo mejor de la cinta.