Una película liviana que aborda temáticas profundas, sólo que el estilo de ficción hace que la acción le gane al concepto interesante del filme como es el tópico de la clonación en general y en particular, la humana.

Una película de alto presupuesto, $82,000,000. Con mucho despliegue técnico en cuanto a las formas: mucho de efectos digitales, bastante de atmósfera futurista, música acorde a las circunstancias, gran despliegue físico en las actuaciones, gran estética.

Claro que se olvidaron de lo fundamental, trabajar más el concepto del filme, sus implicancias y dejar de lado el típico vértigo propio de las películas de Arnold Schwarzenegger.

Una trama que tiene poco de complejo y que directamente apunta a desarrollar un relato abundante en sensaciones que sobresaltan y elevan la adrenalina en sangre. De vez en cuando algún toque para meditar que viene de la mano del tema de fondo, pero nada que valga un análisis profundo al respecto.

Digamos que la película adopta un tono ligero, se busca atacar al espectador con mucho de entretenimiento fácil y se deja de lado el toque reflexivo que era ideal trabajar en este filme. Bueno, las consecuencias son claras, la cinta termina siendo una mediocre propuesta que está desequilibrada en razón de no ser más que un mero pasatiempo, y que bajo ninguna circunstancia puede considerarse seria ninguna idea profunda que pueda de casualidad emerger de esta cinta.

Cabe destacar que la película es entretenida, efectiva, que cumple con el cometido de deleitarnos con un rato de esparcimiento, pero hasta allí nomás.

El límite está puesto por el director desde el momento mismo en que elige el cast, en particular Schwarzenegger, quien proporciona lo que estamos acostumbrados a ver de él, nada más ni nada menos que lo previsible del caso.

Una propuesta divertida, pasatista, que cumple en tratar de entretener con algunos momentos de reflexión sobre el manejo y la manipulación genética en seres humanos, sólo que con un toque mas bien simplista, mediocre por lo tanto.