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Voto de travis braddock:
7
Romance. Drama. Intriga Verano de 1987. Adele, una mujer recién divorciada, ha perdido la autoestima tras la marcha de su marido. Su hijo Henry, un chico de 13 años, se esfuerza por ser el hombre de la casa y cuidar de su solitaria madre en pleno torbellino de la adolescencia. Un día, conocen en un supermercado a un hombre que les pide que lo alojen en su casa, pero resulta ser un fugitivo en busca y captura. El siguiente fin de semana les marcará para el resto de sus vidas. (FILMAFFINITY) [+]
31 de marzo de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un director que empezó desde la esfera más independiente y que se ha ido ganando un cierto prestigio es Jason Reitman (hijo de Ivan Reitman, director de "Los incorregibles albóndigas", "El pelotón chiflado" o "Cazafantasmas") y que en su carrera ha seguido pasos muy diferentes a los de su padre, con películas de tono más cotidiano y que mezclan comedia y drama. Confieso que no me dieron muy buena impresión sus dos primeras cintas ("Gracias por fumar" y "Juno"), por ese aire autosuficiente que tenían, de ser películas encantadas de conocerse y de la (presunta) originalidad de sus diálogos, con algo de síndrome adolescente de pontificar y concluir sobre todo cuando aún se está empezando a vivir. Fue la espléndida "Up in the air" el punto de inflexión en mi interés por Reitman, al ver a un cineasta que parecía haber madurado viendo su acierto a la hora de mostrar diversas miserias humanas y su posterior (y también excelente) "Young adult" confirmó esas buenas sensaciones, formando ambas películas un curioso programa doble sobre unos personajes protagonistas que se creen los reyes del mambo hasta que se dan cuenta de que no son más que una gota de agua en el océano. "Una vida en tres días" es su nueva película, donde vuelve a insistir en una constante de su filmografía, a la hora de mostrar personajes inadaptados a la realidad que les rodea.

La película está basada en un novela de Joyce Maynard (publicada en España con el título de "Como caído del cielo"), una escritora que fue amante del misterioso JD Salinger (autor de "El guardián entre el centeno") en su juventud y que dio en su momento algunos detalles sobre la naturaleza de un escritor que decidió marcharse a un pueblo perdido para que le dejaran en paz tras lograr la fama. El título original de la novela y de la película es "Labor Day" (Día del Trabajo), que en Estados Unidos suele marcar el final del verano al celebrarse allí el primer lunes de septiembre y ese sentimiento melancólico y todavía caluroso de final de verano es el que preside la historia.

Kate Winslet es Adele, una mujer que desde su divorcio no ha levantado cabeza y vive presa de una gran tristeza que le impide salir de casa más que a lo estrictamente necesario, haciendo todas sus labores con manos temblorosas. Su hijo está dejando atrás la niñez y comprende el sufrimiento de su madre, que ella trata de ocultar, por lo que trata de ser el hombre de la casa sin mucho éxito, dada su temprana edad. Será entonces cuando se topen con Frank, un preso a la fuga que acabará desempeñando curiosamente esa labor de padre y marido ausente, porque Frank tiene también un pasado doloroso del que quiere huir. La extraña química que acaba desatándose entre estos personajes es lo más llamativo de la película. Adele no ha sido tocada ni observada por nadie durante años, para ella los hombres no significan nada. Será un recluso quien entienda todo lo que esconde esa mujer y ella verá en él a un hombre en el que confiar, una figura paterna para el joven Henry, que también empezará a descubrir lo que implica el amor.

Reitman filma a sus tres protagonistas con cariño, acompañando al espectador en la peripecia de estas almas a la deriva que tratan de crearse un mundo a su medida, lejos de las presiones y convenciones del mundo exterior. Lástima que en ocasiones caiga en algunos recursos pobretones (los repetitivos flashbacks del pasado de Frank, que podrían haber sido despachados en una sola vez de una manera mucho más emocionante o los momentos de suspense que pueden funcionar la primera vez que se ve la película, pero que naufragan a la segunda), impropios del fino saber hacer de sus últimas películas. Unos fallos que convierten una película que podría haber sido excelente en simplemente buena.

Entre sus tres intérpretes cabe destacar a Josh Brolin, el miembro del reparto de "Los Goonies" que mejor ha soportado el paso del tiempo y que tras unos años en los que parecía otra vieja gloria condenada al olvido ha sabido reciclarse como actor de carácter y fuerte presencia, algo que le viene de perlas para su papel de tipo duro con corazoncito. Creo que se desenvuelve mejor en su papel que una Kate Winslet que cumple, pero que ha estado mejor en otras ocasiones.

Todo ello para una historia que tiene algo de los relatos de Stephen King sobre la iniciación a la vida en un entorno rural puramente yanqui (aquí un pueblecito de New Hampshire) y que se deja ver, siendo coherente con el universo de su autor, aunque un poco por su debajo de sus precedentes.
travis braddock
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