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Voto de Gunnar Hansen:
7
Thriller. Comedia. Drama Bruno Davert es un alto ejecutivo que trabaja desde hace quince años en una fábrica de papel. Debido a la reestructuración económica de la empresa, él y cientos de empleados son despedidos de la noche a la mañana. En principio la medida no le preocupa; es joven (ronda los cuarenta), tiene una preparación excelente y confía en encontrar pronto un puesto de trabajo similar. Tres años después, aún sin trabajo, sólo piensa en sobrevivir y ... [+]
29 de enero de 2009
36 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
El combativo director griego Costa-Gavras nos regala una nueva gran obra repleta de crítica social y ácido humor negro. Esta vez, el veterano autor se aleja del tono sobrio y serio que adoptara en otras de sus obras para, mediante cierto talante sarcástico y una ironía corrosiva, firmar una execelente y acertada radiografía del sistema laboral capitalista y sus repercusiones psicológicas en los individuos que lo sufren.
Exagerada y no exenta de un macabro sentido del humor, la historia nos arrastra al círculo de depresión y desesperación al que se enfrenta el protagonista (un excelente José García) cuando pierde su trabajo y, pese a sus altas aptitudes y su sobrada cualificación, no consigue encontrar un nuevo puesto. Ante esta situación, tristemenete cercana y próxima a nuesto día a día, la solución por la que opta el desempleado es la más drástica de las que podía tomar pero, a la vez, siente que es la única que le queda en un mundo donde lo primero, por encima de las personas y su realidad, es el beneficio y el aumento porcentual de la ganancia anual.
Una excelente película que continúa el buen hacer de este subversivo director, ahondando en su faceta crítica pero esta vez desprovista de la seriedad que empapa otras de sus más emblemáticas obras (Missing, Z, Estado de Sitio, Amén...). Sin embargo, bajo esa pátina cómica, tras la línea irónica que marca el desarrollo de la película, podemos identificarnos no sin visos de terror con la cruda realidad que retrata y que, lamentablemente, vivimos cada día.
“Cuando hayan destruido la economía y todos estén parados, ¿a quién venderán sus productos de mierda?”, frase que parece tener en estos tiempos de crisis más sentido que nunca, podría ser perfectamente el eslogan comercial de esta película.
Apologistas del libre mercado, abstenerse.
Gunnar Hansen
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