Es cierto que "Más dura será la caída" es una película mimada por crítica y público, debido a que fue la última aparición de Humphrey Bogar, aquel tipo poco agraciado, bajito y de voz de pato ronco, que sin embargo, por una alquimia muy especial, parecía absolutamente seductor, imponente y con un tono hecho para sentencias.

En su última actuación, Bogart toca otra vez su personal estilo para hacer perdedores y crea a un veterano reportero de deportes que se encuentra con la brutal estafa que se está preparando en el mundo del ring, inflando a un joven aspirante, apodado Toro, interpretado por Mike Lane.

Ante la duda moral de lucrarse con el negocio o hacer lo correcto, el personaje de Bogart va inter-actuando con el supuesto púgil invencible, hasta el punto de tener una gran empatía con él y casi una relación de protección. Nuevamente, este gran actor hace creer que un cínico puede redimirse a sí mismo sin resultar cursi.

Sobre el final, no gastaremos ese golpe, mejor que lo vean ustedes. No obstante, creo que todos los cinéfilos deberíamos hacer bote común y avisar en el cielo que cuando vean entrar a un tipo con gabardina, está invitado a la primera ronda.

Se lo debemos, por tantos buenos ratos.