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España España · teruel
Voto de simón:
9
Drama. Ciencia ficción. Romance Adaptación de una novela de Kazuo Ishiguro, el autor de "Lo que queda del día", que también fue llevada al cine (James Ivory, 1993). Kathy, Tommy y Ruth pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico, donde descubren un tenebroso e inquietante secreto sobre su futuro. Cuando abandonan el colegio y se acercan al destino que les aguarda, el amor, los celos y la traición amenazan con separarlos. (FILMAFFINITY)
9 de setiembre de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los seres humanos viven con la seguridad del que se cree inmortal, sin reparar ni un sólo instante en su propio destino, sin detenerse a pensar en la muerte, en la caducidad de sus acciones, en la finitud de sus sensaciones, en la extinción, en definitiva, de su propia existencia.
Vegetan inconscientes de la brevedad de sus días, viven abúlicos y paralizados por la rutina de una vida en absoluto elegida, que, ignaros, les consume día a día; absortos en estériles matices, embolicados en abrevar en el cenagal de sus pequeñas vidas, ignorantes de la inutilidad de sus sufrimientos más mundanos.
Los seres humanos vagan anhelando placeres instantáneos, supuesto clímax de una dicha que nunca llega a puerto; deambulan sin rumbo, errando sin alma, ni acierto, en busca de un mínimo consuelo.
Los seres humanos no son capaces de sobrevivir con la certidumbre de su caducidad, no aciertan a asumir la evidencia de su propia extinción; cierran los ojos a la realidad, no saben ver que todo lo que conocen algún día desaparecerá, de que todos sus seres más amados, tarde o temprano, morirán.
Y de esa forma sobreviven, olvidando sus propios recuerdos, burlándose de su memoria, renegando de su destino, vagabundeando por la quietud de la ignorancia; prefiriendo navegar por plácidos mares en calma, y así, poder aletargar sus almas; con la impostada seguridad del que se satisface auto engañándose.
Y eligen la dulce derrota antes de haber luchado, desdeñando la posibilidad de sobrevivir con la valentía del que sabe que no tiene nada que perder, ya que de lo contrario el miedo los paralizaría e impediría soportar el presente, lastrando, por tanto, su futuro; imaginando un edulcorado mundo que no existe más allá de lo que sus propios ojos les permiten ver.
Y por ello, por no reflexionar, por no afrontar la realidad de un mundo que pronto expira, se enfrascan en detalles, pierden un tiempo precioso embarrados en el barrizal del día a día, hozando en vertederos de ilusiones, merodeando por un sucedáneo de auténtica felicidad, anestesiándose para olvidar, para no sufrir, para no menguar por el pánico a reconocer la verdad, conformándose con los despojos de la realidad.
Y precisamente, por eso, por ese motivo, es imprescindible ver esta película: por la magnífica lección que aprendemos de Kathy, por su heladora reflexión moral, para que nos demos cuenta, para que tomemos consciencia, para que nos detengamos a pensar que la que vida no es más que un instante, un breve suspiro, un parpadeo de apenas milésimas de segundo; que merece ser vivida en todo su esplendor.
simón
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