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España España · Barcelona
Voto de Ignacio:
10
Drama Después de pasar veinte años como prisionero político en un campo de trabajos forzados en Siberia, el arzobispo ucraniano Kiril Lakota (Anthony Quinn) es inesperadamente liberado por el presidente de la Unión Soviética (Laurence Olivier), que había sido su carcelero en Siberia, y enviado al Vaticano como asesor. Una vez en Roma, el Papa Pío XII (John Gielgud), que está gravemente enfermo, le nombra Cardenal. Mientras, el mundo vive en ... [+]
16 de diciembre de 2008
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
"103592, 103592"
Nos encontramos en un campo de trabajo de Siberia y por los altavoces se escucha este número. De entre los prisioneros uno levanta la cabeza, es Anthony Quinn. Lo que el espectador no sabe es que detrás de ese prisionero político hay un nombre y una historia. Se trata de Kiril Pavlovich, arzobispo de alguna ciudad rusa que va a ser puesto en libertad por su anterior torturador, Piotr Kamenev, el actual presidente de la URSS.
El objetivo de la puesta en libertad es conseguir un aliado en el Vaticano ante la crisis mundial que se espera.
No obstante el Papa Pio XIII muere repentinamente y Kiril Pavlovich se convertirá en el nuevo custodio de la Iglesia.
Hasta aquí nos encontramos con una completa historia de ficción que, paradojas del destino, paso a ser algo realidad con el nombramiento de Juan Pablo II.
La historia es compleja y llena de sentido. Ayuda, además, a poder conocer mucho los entresijos de la Iglesia Católica en Sede Vacante, es decir, cuando falta el Papa.
Basada en la novela homónima de Morris West, Las Sandalias del Pescador tiene momentos muy emotivos, como cuando el nuevo Papa sale elegido o cuando es subido por primera vez en la silla gestatoria. Todo bien acompañado de dos cosas fundamentales: la banda sonora, pegadiza y monumental, y unas buenas actuaciones de los actores secundarios, desde Laurence Olivier como lider político de la URSS hastta David Janssen (siempre el Fugitivo) o los cardenales Leo McKern y Vittorio De Sica.
Una escena magistral de la película es cuando los cardenales toman café en el conclave y el entonces cardenal Kiril les explica su cautiverio y como estuvo a punto de matar a un hombre. Vittorio de Sica, sorprendido dice:
"-Camina por una cuerda floja moral
- Todos lo hacemos"
Esa contestación es todo un complejo dilema para todos aquellos que creen, ya que en situaciones como el cautiverio todo se encuentra en una cuerda floja, aunque, como Kiril, no debe perderse el oremus.
Habemus Papam.
Ignacio
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