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España España · . ¯\_(ツ)_/¯ .
Voto de Jose_Lopez_5:
1
Acción. Thriller Shaun Boswell es un chico que no acaba de encajar en ningún grupo. En el instituto es un solitario, su única conexión con el mundo de indiferencia que le rodea es a través de las carreras ilegales, lo que no le ha convertido en el chico favorito de la policía. Cuando amenazan con encarcelarle, le mandan fuera del país a pasar una temporada con su padre, un militar destinado en Japón, que vive en un diminuto piso en un barrio barato de ... [+]
25 de setiembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haber ingerido varias entregas de la saga "A todo gas", tanto anteriores como posteriores a esta de cuerpo presente, creía que ya era imposible encontrar una peor. En las demás, la calidad oscilaba entre lo bajo y lo paupérrimo, los personajes eran un atajo de descerebrados y los actores competían por ver quién merecía que lo echasen antes de la industria por polizón.

Así, he visto cosas como personajes que resucitaban por arte de magia, amnesias selectivas, a Dwayne Johnson soltando frases lapidarias, una cámara acorazada arrastrada por la calle, a Dwayne Johnson caminando con los sobacos escocidos, una pista de aterrizaje infinita, a Gal Gadot marcando pezones, un tanque en una autopista, a Dwayne Johnson haciendo más cosas de Dwayne Johnson, etc.

No obstante, en todos los casos había un denominador común: por pobre, cutre, miserable y ruin que fuera la entrega, al menos se intentaba que hubiera una historia. Que luego fuera una lisérgica era otro problema. Pero algo se intentaba contar, aunque lo escribiera un guionista con parálisis cerebral.

Sin embargo, "A todo gas: Tokyo race" ha sido una sorpresa, porque es la primera entrega que me he encontrado sin historia. No exagero. Es una película que no cuenta nada. Bien la podría haber dirigido George Lucas en su etapa experimental cuando era estudiante de cine y aún le picaba el gusanillo por los coches de carrera, allá en sus tiempos en la Universidad del Sur de California.

Así, se podría decir que este metraje es una sucesión de planos rápidos de coches derrapando mientras suena un ruido de fondo (creo que es música), a la vez que un montón de japoneses gritan y saltan como si estuvieran drogados. Lo del chaval en Tokyo porque tiene el cerebro de un mosquito no es nada. Es como el león de la Metro, el Pegaso de Tristar o el globo terráqueo de Universal. Salen en la pantalla, pero no les prestas atención porque no tiene nada que ver con lo que viene después.

En resumen, "A todo gas: Tokyo race" tiene el honor de ser la entrega que más bajo ha caído de cuantas he visto. Y lo inquietante es que aún me quedan algunas por ver.
Jose_Lopez_5
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