La vida de Jeremiah (interpretado por Jimmy Bennett en su etapa infantil y por Dylan y Cole Sprouse con más edad) cambia radicalmente cuando Sarah (Asia Argento), su verdadera madre, consigue su custodia. Sarah, nacida en una familia de estricta moral católica sufre de bruscos cambios de humor aumentados por su abuso de sustancias tóxicas y cuya errática vida la lleva a, entre otras cosas, ejercer la prostitución. Pronto arrastrará al inocente Jeremiah en una espiral de drogas, sexo e inmundicia.

Asia Argento ejerce de directora, guionista (adaptando junto a Alessandro Magania un relato de J.T. LeRoy) y protagonista con irregulares resultados en todos los campos. Por un lado, como guionista y directora nos muestra a unos personajes extremos a los que fuerza deliberadamente convirtiendo en meras caricaturas desdibujadas, lo peor es su manra de forzar los actos y situaciones de manera burda, esto es mucho más evidente en los personajes secundarios, los cuales pasan sin pena ni gloria por la historia como meras comparsas de Sarah y Jeremiah. Como actriz principal su actuación no es mala, sin embargo los problemas en el guión convierten a su personaje en una repulsiva manipuladora a la cual resulta demasiado fácil odiar y ella lo resalta con su interpretación.

Los niños que dan vida a Jeremiah realizan un correcto trabajo, más si tenemos en cuenta el complicadísimo papel al que se enfrentaban. Al final uno acaba exhausto de tanto sufrimiento y decadencia postiza que no nos lleva a ninguna parte.