Un policía a punto de jubilarse (Richard Gere), otro que necesita dinero urgentemente (Ethan Hawke) y un tercero que trabaja como infiltrado (Don Cheadle) son los tres grandes protagonistas de este thriller policiaco de historias cruzadas.

Nunca me cansaré de repetir lo mucho que me gustan este tipo de películas corales con tramas cruzadas. Incluso las que, como la que nos ocupa, acumulan tópicos y clichés. Y es que el guión no es lo más destacado de esta producción. Dicho honor correspondería al buen hacer de Antoine Fuqua, de los actores (especialmente de Don Cheadle y Ethan Hawke) y del director de fotografía (atención a cuando satura la pantalla de rojos, azules o luces de neón).

Que Los amos de Brooklyn no sea especialmente original (ya no sólo porque haya cien mil películas sobre policías infiltrados, corruptos o a punto de jubilarse pero con una última misión entre manos, sino porque además sus distintos desenlaces se ven venir) juega en su contra. Pero tampoco hay que ser tan quisquilloso. Lo importante es que la película está bien hecha y se deja ver con agrado.